Tu amor, mi mas larga condena

mi trabajo con Mr. King me compre mi primer carro, así que nos facilitaba la vida a ella y a mí, de casual

ndaba en el hospital, así que mi tiempo era más que limitado, el trabajo con Mr. King era bastante agitado y a

ntrenamiento suficiente para enfrentarlas, aunque desde la vez que por error había asesinado a esos dos hombres en el restaurante de Mr. no había asesinado a nadie más, debía es

nero, no olide llevar todas las armas que se le recomendó e ir prepara

cuchillo tipo navaja, entre otras cosas, llevaba puesto una blusa roja de tiras que dejaba muy poco a la imaginación y una chaqueta de cuero negra,

ro esta oportunidad iba acompañada de Ernest y quería llamar

nest mirándome de arriba abajo, sin contar que el iba vestido con un traje negro satinado pegado a su musculoso cuerpo,

entre los dos hubiera algo, casi llego a los veinte años y soy virgen, jamás he tenido un novio, jamás he

para cualquier imprevisto como así m

debíamos recuperar una gran suma de dinero y era bueno ir acompañados. Ese día estaba muy nerviosa, sabía h

nosotros una camioneta con vidrios oscuros, para y abre sus puertas, de ella se baja un hombre, de unos 45

el dinero, espero donde esta Mr King, hubiera sido muy grato traba

cocodrilo, así que pásame el dinero que tenemos que irnos- responde E

o- Dice el hombre

nero Knife- M

l portafolio, pero audazmente me doy cuenta de que detrás de la

ren! - digo gritando, mientras

n, me escondí detrás de la camioneta en que veníamos y empecé a disparar e

que matar al cocodrilo, es el o nosotros- D

es Ernest, yo

deliciosas nalgas yo me cuid

yo hago lo mismo, en una de esas le disparo a uno de los hombres cayendo muerto, por un momento sentí

proximadamente diez hombres, nosotros solo éramos seis, todos nos fuimos hacia adelante enfrentándono

nsamiento de que yo ya n

ros hombres cayó al suelo muerto y ah

a dispararle a todos, uno por uno iba cay

ame el maletín inmediatamente

de, pero te voy a mata

frente a mí, soltando el maletín, que era mi objetivo princ

ue nunca, lleno de s

ismo, estamos en territorio ajeno, es probable que ven

gracias por haberlo defendido exponiendo mi propia

la mía, ya hablo con mi padre, mucho cuidado con tomar malas decisiones ya sabe que si ese dinero no

- responden todo

didas y todo esto resulto siendo un plan macabro de tu par

as demostrado que eres leal, y quiero agradecer el que me hubieras

oneta y llegamos a un

entos y no sufrías ni siquie

padre, eres demasiado fastidiosa

dad tienes Ern

eve, es obvio que s

tan delicioso era mucho mayor, supongo que su experiencia me podría volve