Obsesiones Prohibidas ( Libro 2 )
a radiante y en la casa se
la sala con el pequeño David. Erick la miró con una sonrisa satisfecho de ver a H
ado para que cambie el trato que le tenía antes? a la pobre Helen. El señor B
on y se dirigi
cuarto durmiendo y Helen estaba en su habitaci
taba por acostarme su esposa me
te buscaba-Erick miraba hacia a
Preguntó Helen al ver
o será u
lo que buscaba, pidió disculpas a Helen y se fue. Luego despertó a los empleados pa
s es que en el sótano no h
cuarto y comenzó a interrogar a Beatriz que p
amor porque es
te con el espejo?-N
a mi regalo d
conozco y no seas irónica
egalo Erick y puedo hacer c
lo que hicis
re, es
nmediato -¡Que! ¿ Porq
preocupa tant
lo tiraste porque sabes que l
¿la muchacha?... y desde cuando
gnificar la guerra entre ambos Beatriz estaba realmente fastidiosa con Helen
s que se vivía dando la señora Beatriz, hasta los secretos del señor Erick, es que según ellos escondían demasiado, sobre to
estaba, se lo dijimos y salió enfurecido a preguntar
ó al escucharl
guno respondía, se miraban como si no la conocieran (y de hecho no la c
pero soy la niñera de David ¡
bíamos y justamente está
eguntó Helen
e estaba en el sótano en la habitación de usted - dicho es
al respecto- Helen no sabía qué decir n
bio que podía llegar a ser a su alrededor. El señor Brown tenía sus razones cuando era amabl
Sin embargo algo la distrajo cuando pudo observar atraves del monitor una figura lo cual la exaltó luego sintió la v
o se escuchaba demasiada interfer
do de acostarlo, luego creyó que algún empleado pudo haber entrado al cu
y el niño parado mirando como s
brazos y cerró la
se bien pero de todos modos Helen lo entendió a la perfección. Alguien había estado con el
ión se encontró con un espejo sim
era el señor Erick quien estaba en la pue
o siento no fu
elen no quiso contarle de lo s
e g
ón cóm
es
encanta, es muy bello - Helen se acercó y p
o de ver como su presa se acercaba a la carnada para caer en su tram
puerta enfrentó a la muchacha que estaba frente al espejo peinando su cabello rubio
y fingió que ella misma lo había comprado, no qu
la muchacha, porque no creyó en una sola palabra de lo que l
iviría allí. Luego recordó al chico de la foto y quiso intentar tomar otra foto para ver si aparecía nuevamente, lo hizo una y otra vez pero en las
sabía si estaba frente a
o de la fotografía y el mismo que entró en la habitación de David. Pero no sabía que
mucha confianza había cambiado muy repentinamente y eso la hacía dudar y lueg