La princesa del diablo
elia cerró los ojos. Su mente vagó por lugares en
excitado, se metió en la
sexy de su sistema sin toca
hacia sus pechos. Sus labios se cerraron alrededor de
los pezones con una mano y permitió que la otra bajara por su vientre
s sus talentosos dedos
berancia y la frotaron hasta que la fricción des
sualmente, comenzó a bombear dentro y fuera de ella. Él desató una dulce y embriagadora
misma. No pasó mucho tiempo para que los movimi
su clímax la tomó por sorpresa. Se apoyó en la ducha para no caer. Sus piernas se sentían débiles y tembloro
adas, y toda su aura brillaba con pura satisfacción. Cuando regresó a la sala de estar, su paciente parecía estar completamente alerta y despi
cha larga- seña
na media sonrisa
argas son agr
raba entre ellos. Parecía que él sabía exactamente lo que ella había e
ente, m
sigue en
ngió ig
e? Voy a preparar un
n cuando ella se retiró a la cocina
abía dejado en su puerta, para bien o para mal, este hombre de ojos marrones y grises dejó una impresión duradera en ella. Su recup
ción tan sólida resultó s
Amelia a regresar a su dormitorio. Ella mantenía la puerta cerrada con llave por la noche y lo dejaba dormir en su sofá, no confiaba en él. Este tipo era demasiado tentador y estaba demasiado dispuesto. Una combina
bre comenzaba con 'Sal', para alejarlo de ella, antes de que los dos
stre por culpa de Dante. A veces, se preguntaba cómo no había cedido ante el estrés de todo aquello. Dos años antes, cuando Dante y sus hombres la localizaron nuevamente en
jana, pero, cada mes, se preocupaba tanto por sus facturas y el saldo de sus préstamos estudiantiles que algunos mechones de su cabello castaño oscuro ha
ra poco probable que muriera sin una supervisión const
o su angustia, su teléfono comenzó a sonar. Fue el
, respondió
Habla la
n su teléfono, mirando fijamente y moviéndose intensamente hacia la pequeña pantalla rectangular, pero ella sintió como si él pudiera estar escuchando a escondidas. Ella no
de su dormitorio, su rostro
la
á tod
á bien- respond
vida se acaba de ir a un
cía con
hablabas p
uperv
de enfermedad" y "emergencias familiares" la habían afectado, y los últimos cuatro días
e el h
S
nas se dio cuenta cuando el hombre se
s cosas que podrían salir mal si no ponía su trasero en marcha de inmediato. Necesitaba actu
gel
riba. Se sorprendió al encontrarlo de pie a escasos centímetros de el
ente, se ap
é qu
pero, como para aliviar sus tem
orde de un co
ró con una s
eguro, es
illo. Amelia sacó su telé
mañana a
de D
endió su teléfono para mos
ue te irá
ñó con una expre
ra una tontería por su parte sentir algún tipo de apego por él, había sabido desde el principio que solo estaba de paso por su vida. Su partida estaba ahora co
roblemas, ven a mí. Yo te
las cejas
raría? Ni siquie
pregu
o
eguntar
nos supie
N
lla. El fantasma de una so
na mujer que haya con
de su mirada f
porque tus bol
r
a uno de l
onste, no m
cabeza en
a vida. Estoy
ba haciend
ue el final estaba cerca. El anhelo floreció dentro del pe
mero que romp
olverem
lo c
entrecerraro
lia pudo decir claramente por su expresión i
. Me gustaría mucho que nuestros cam
Urban romance
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Hombre Lobo
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