Cazada por los lobos
epc
este lugar... Y con Kara. Sabiendo que la había visto guiñarle el o
rezco una. Apreté las manos y me dispuse a levant
-sonrió de lado- No me iba
minación, tenían un brillo especial. Su g
jó las cervezas en la mesa y luego
dí, señalando con
char su nombre y se giró pa
mpañero de Kara -murm
í el
bí venir aqu
lgún chiste que haya dicho Kara, para después poner s
a atrás de mi oreja. Su roce me hizo estremecer. Lo miré a
r sufriendo por él.
ene la confianza suficiente para decirmelo y eso... Y eso me rompe. Todo me rompe. Los momentos tristes me rompen y
.. -empecé diciendo,
ruinar la salida, -dijo-Y en segundo lug
ro.
izo
estaba mirando. Sentí cómo mi corazón se detenía.
s -me
interr
decidido hacia mí... Corrección, hacia Thomas, de
tóma
un paso delante
queño brinco al escucharlo hablar así, tan enoj
ni me
ió Thomas, totalmente calmado
ue hace
Es mi... -hizo una pausa-Novia
Dudó. Dudó de qu
que Thomas dijera otra cosa. Miré desafiante a Apolo. Lo
da se r
decirme con quién debo de salir o no. Thomas es un amigo. A difer
a barbilla. Bajó la mirada
.. -musitó
tirlo vulnerable. Elevé mis manos tem
? ¿Qué es lo que te p
e mi
ogarle. Vamonos -me di
olo levantó
delicadamente la mano. Le di una media so
bello super despeinado le daba un aire seductor y
ndo mi respuesta. No me pasó por
omas, pero me
rado, observándome. ¡Dios! ¿porqué s
la salida. Tenía mucha
*
do el camino en el auto había sido un incómo
na chispa de picardía en sus ojos p
vitar son
vestido -confesó, sonri
.. G-g
soy tan penosa y con T
ué decirte -se
é prof
erdad -pedí en
aba ca
, asint
unció el ceño-. Dime, Kayler -contestó. Del otro lado estaban hablando,
o, a
para
lg
ias veces si
é pa
lgo surgió y me tengo qu
la puerta, sin darme
susurré a
la noche, solo perdí el tiempo. Es como si
n mensaje a Thomas, pero maldije ent
o que no era mi novio. Y con Thomas. Ese que es cínico y depravado. Chicos así no van conmigo. Pero admito que estar con él es... Divertido.
nr
rqué sonreí? Me tengo que a
mi voz interior y era verdad. Ante eso
o y me puse la pijama. Es
*
dijo Carolina al llegar a la mesa de l
l ceño m
irí, mientras volvía
si fuera lo más obvio-
é mis
usaba p
pasado por alto de que Apolo y
te cuente si yo tampo
enc
ozco tanto como tú pero lo he notado r
no era la única que
iré. Tenía razón. Algo pas
en mis locuras. Ahora, te voy a d
rlo? -p
s. Y entonces recordé a Thomas. No lo
es lo
tomó de la mano-Ven, en éstos mom
mos de la biblioteca casi corriendo, pero nos
ue haya visto. Noté como Caro
ca lo había visto, pero la sonrisa psicópata q
res? -le
nos encontró. Pero las palabras que salieron de l
n vam