Secretos de Primavera
e la miel. Sus ojos eran azules y siempre los marcaba con mucho delineador negro. Cre
te antipático. Su nariz era delgada y ni siquiera se había hecho un procedimiento cosmético, como yo. La bo
mi cara. Lo bueno fue que no me lo echaron en cara. No sé si por miedo a mi madre oa Francis. De todos modos, en la adolescencia tuve un cierto prej
ticos. Yo ya estaba en una etapa en la que los mismos cirujanos le decían a mi madre que
y al ejercicio regular por la mañana y por la noche
abía un espacio techado, amplio, pero no cerrado por los lados, reservado para eventos importantes como el cumpleaños de
la ciudad, que antiguamente estaba en la Zona C, cuando Noriah aún es
era fácil de encontrar, excepto para los residentes, que ya estaban acostumbrados. Nací tratando de encontrar el final del laberinto. Pero había besos de noche en ese lugar, que
Ya no éramos adolescentes en busca de aventuras. ¿O lo éramos? Porque Francis y y
as escaleras. En la cima estaba el jardín más florido de todo el mundo, creo.
las familias sobreviven cultivando flores, que exportan a varios lugares, incluso a nivel internacional. El
taba ese pueblo pequeño, donde todos se cono
sa, con enredaderas de varias especies y luces redondas amarillas y cálidas, que daba la impresión de que estuviéramos en
esa pérgola. Y en los ba
ra conocer las especies de flores. Esto nos abrió la puerta para conocer c
s las chicas. Incluso cuando dejaba a alguien, era lindo. Y yo mismo ya lo había visto varias veces diciendo qu
reo que en realidad ya no tenía muchas opciones... Solo si las recogía todas de nuevo. Aun así, no quería "encariñarse" con n
an amigos y se llevaban bien, siempre estaban en las casas de los demás. En los últimos años, esto no ha suc
estaba irritada con él. Pero creo que se acostumbró. También se llevaba bien con mi he
a con Francis de ninguna manera, insistió en llamarlo pobre y dejarme claro que era pequeño para mí. No es que alguna vez no
a. Estuve celoso de él un par de veces y lo dejó muy claro. Pero sabía que tarde o temprano se enamoraría de alguien y tendría un
i lado, que me quisiera de verdad, que me sacara a pasear, que durmiera conmigo todas las noches, que me abrazara, que pudiera
resto de mi vida. Tarde o temprano,
, luciendo su camisa sin mangas y sus brazos fuertes y tatuad
contrario, éramos casi enemigos de grupo. Pero Francis, aparentemente, a pesar de que pertene
, se acercó a mí y
ndo que ese no es
trecerrando los ojos
te no entendiste
quédate en el grupo que quier
o, eso
en 21 años de amistad. Y el problema es que no era una chi
godón de azúcar. Caminaba a mi casa y comía, p
s Cesar, quier
usta el azul. Me entre
azul. - Es para m
Pero quería dejar claro que Francis no iría con el azul.
en la bolsa y
un desastre... Pero lo
s tarde, Virginia
encon
linda de Primavera. - Dijo
Douglas, que ya estaba p
rganizado, pero tengo diner
lo tengas. Per
s y acéptalo, Virg
ouglas. dije
algodones y l
ste, tienes d
ar. Me comeré uno para ayudarte a no engorda
te sientes mal por el mundo y de
ero en dulces no. Más aún tú, qu
sfrutar de los dulces, en especial de este, que era prácticamente azúcar pura con colorante. Pero sin leche, lo que
o dulce que como sin cul
uando vi a Francis tomado de la mano de D
– me preguntó Francis, sin imp
o bien. -
ella quiere, claro.
. Respondí
rancis dio la vuelta
abrió la ven
as. Y no lo olvides: es alérgica
o. – Ya traté de avanzar sobre
el auto, saliendo con la
giró haci
ero eres lo suficientemente gra
cé a
ouglas. Pero entendí l
mis labios, impi
es alérgico
tipo de lec
recerró los ojos y arqu
que entendió el doble sentido de lo qu
bios y lo chupé, sensualmente,
jo de su pantalón rápidamente
o ir a cas
la mano y caminó rápidament
Yo pr
abriéndome
irado correr y hacer ejercicio con su hermoso cuerpo y me moría de lujuri
odiaría a mi cuñada, así que no funcionaría. N
directo. Pero él
ouglas comenzó a
o ir al Sp
levantó
e importa caminar
sexo por nuestra propia voluntad, satisfaciéndonos mutuamente. No había sentimientos y no los habría, much
ía. Me comí mi algodón de azúcar y
– Traté de romper la extraña at
– dijo s
misma hora todos los días durante años, lloviera o hiciera
e hambre? Qué vergüenza... Invitándolo a salir, tratand
que no había conexión entre nosotros, llegamos al Motel. Esc
as. Y para que conste: no me gustaba ese motel. Era sencillo y barato
llo y poco atractivo. Creo que ya había usado e
a labios suaves, una barba limpia y una lengua ardiente y ansiosa. Correspondí con el beso y puse mis brazos alrededor de sus homb
s admiraba sus perfectos abdominales y musculosos brazos. No tenía ningún tatuaje y eso, por extraño qu
n su ropa interior. Fue entonces que vi su miembr
! ¿Qué cara