Entre tus Besos y mi Dolor
rad
edicó a mirar por el gran ventanal de cristal, com
erlo a flote, pero las cosas no suceden para mal porque en esta ocasión ya su mente de joven libertino e inmaduro ha cambiado y en vez de derrochar su fortuna en mujeres, coches y noches de fiestas locas, piensa en hacer crecer su propio negocio sin apegarse al fami
seo que la impulsa, se acercó a Fernando y lo abrazó
to, por favor aléjate- pidió con irritación, pero n
das una oportunidad de demostrarte q
o te voy a utilizar como mi desahogo-, le dejó claro, pero ella negó con los ojo
ré menos mal que ahora- rogó sabiendo que no es digno de una dama, pero es su pri
radecer, eres una chica demasiado buena, no me sentiré bien saber que solo perder
qué debo luchar por tu amor. La señora Josefa me quiere a tu lado,
ra a su nuera y eso es lo que ya soy para ella, aunque no lo veas, todos me quieren a tu lado -, a Fernando no le
upaciones; eres mi amiga, no alguien que se
ilusionó mucho cuando habló con Josefa, debía poner los p
y aunque ciertamente le dolería si apareciera alguien más, no sabe cómo se sentirá en el momento que vea a otra mujer, pero quería saber si Fernando tiene a alguien más en su corazón para que actúe tan misterioso y para que se muestre sin emociones, incluso en una salida a cenar q
y ella asintió, entonces fueron interrumpidos por alguien que se aclaró la garganta. Ambos mi
momento pensara en algo y notando el espacio dijo: - Ahora vienen a mi
frustrado Itziar quien no le presta asunto porque siempre está detrás de Fernando: su mejor amigo y contrinca
oaquin cabreada por su comentario. Siempre causaba ese efecto en ella, cada que decía una palabra que a e
estrellas donde se llevaría a cabo la fiesta y Alfonso llevaba claro su propósito que
obligar a tener relaciones sexuales, puesto que después de haber estado con otro hombre no se siente capaz d
s por Alfonso fue amor verdadero o simplemente la ilusión de un mundo perfecto al lado del hombre que la conquistó, mostrándose romántico, pintándole un mundo que al final no
envenida, un empleado que estaba en la entrada del gr
ludo cordial del hombre y siguió con Loreley de brazo, quien dejaba que él la guiara. Razón que sentía sus pies
un comino la decoración, o el derroche de extravagancia que había, entendía que no esas personas
s» masculló
ida con un traje azul que parecía ser enviada por el hombre que los recibió en la
con mucha agitación. Estaba allí con esa razón y no poder v
tras tomaban de sus copas y las mujeres no paraban de cuchichear unas con otra. Estaban parados en una de las mesas de dos colores, blanca por fuera y con un centro roj
en los labios y se acercó a ella dejando un beso que, por
ó mucho y regresó tan rápido como pudo, poniendo una sonrisa pésima, e iba a decir algo, pero no logro hacerlo po
on y cuando salió dejando que sus invitados los vean, Loreley se quedó perpleja y n
mujer a su lado, dejándole el podium libre para que él pudiera decir algunas palabras, mientras su padre lo
se le había metido en el alma, la odiaba y la amaba con la misma intensidad, de lejos no podía detallar su figura ni su expresión, p
nando; notando sus movimientos, como saludaba a las personas que se le acercaban y tragó seco, sin saber cómo ha sucedido eso que de ser un empleado. Ese
ratado para deshacer de Fernando les mintieron al decirle qu
que no sabe si ese hombre ahora quiere vengarse por todas las humillaciones que le hizo
e pidió a sus hombres que le dijeran que fue Loreley: la persona que los env
le puede pedir a su enemigo, y men
rcó a Loreley y la sujeto de la cintura, antes de decirle con malicia, - tal parece que fuiste el experimento sexual de un niño de ciudad rico y presumido que quería divertirse con una se
os presentes estaban enfocados en el nuevo C
cursos sobre la moral que eso ni en