Amada por un hombre poderoso.
habitación, no sin antes desatar el caos en su familia al decir que
o mejor de lo esperado para él, la caja de música es lo que menos le importó, sino la rea
ría en llegar ju
o entre gimoteos, r
de ella." Pero Ariel se giró hacia él y lo miró con indignación, sus ojos no dejaban de llorar, mordía sus
todos lados cuando Alejandro sujetó sus hombros con brusquedad. Encaró a Ariel y esta no apar
ó los ojos de Alejandro y no se acobardó ni por un segundo, ¿de dónde salía toda esa repentina fuerza de enfrentarlo? Que
." Se atrevi
era tan grande como Ariel no se imaginó, golpeó la espalda de él y gritó para que la bajara, movía sus piernas e i
hacia su cabeza y quitó aquella sucia tela que cubría su cabello, dejando así caer toda la larga y abundante c
pasó poco tiempo hasta que Ariel se quedó quieta, sinti
de ella, frotó su rostro, su cuello, sus maltratados pies
ombros, se quitó la chaqueta mojada, los zapatos, e
Ariel al ver que él se había
se acercó, volvió a tomar su cabello y con un
ió a queda
llevaba cubierto siempre porque como era muy largo y ella hurgaba
abello o la peinaba, era la primera vez de mu
estorbarle y él la peinaba c
en su estómago al ver claramente los pezones de ella ante la tela toda desgastada, tragó saliva y luego volvió a pr
ro aspecto, no solo porque estaba del todo limpi
u camisa y la arrojó al suelo. Había una esponja cerca de la ducha, tomó gel de baño
s." Pidió co
no y tocar sus pectorales, Alejandro sintió su toque pero lo disimuló, pues él también había visto los pechos de e
mó la mano de ella y la
la. La situación peligraba y sintió la tensión y curiosidad de parte de Ariel, por lo que él salió de la ducha sin previo avi
za se había ido con aquel gesto de Alejandro al l
ombre malo» Pensó
y se bañó com
Ariel. Echó todas las piezas que encontró en el cajón de su mesita de noche y luego buscó un calzoncillo de él y una cami
una toalla, tenía la intención de recoger las
ónde
a, bien, pero no te quedarás con esa que no serán más que trozos
e malo volvió al pe
tristeza volvía a ella. Sostuvo la ropa que él l
de él, comenzó a reír, retiró la etiquet
insultará." Dudosa, ella le dio la mano a Alejandro, juntos salieron hacia el salón donde la he
a esperas de explicaciones lógicas y sensatas sobre la decisión q