Amada por un hombre poderoso.
había topado con nadie o escuchado a alguien cerca, pero frente a ella iba asomándose la figura de un homb
u voz temblorosa demos
Nos vimos una vez en casa de los Fendi. Eres la novia de Alejandro, soy su cuñado. Mi casa es esa que queda hac
se relajó y se olvidó de piedra que hab
r mientras Alejandro llega del
a vez más, con cuidado, sin alarmarla. "Nunca te h
ie y luego regreso antes de que él llegue de
be que estás aquí. E
y tranquilo que ella había encontrado, un escape
ar más cerca de ella, que se sintiera cómoda con la presencia de él. Ella solo as
fumo. Nunca
bar? ¿Eres ma
cio, resultaba incómodo estar allí. "Creo que y
mprano, pero él saldrá a la misma hora de siempre, ¿por qué no te quedas un poco más?" Arrojó e
uando iba a comenzar a alejarse
que te prefiere así?" Sostenía su muñeca con una mano y mantenía el cigarro en la otra. "Te bri
r allí era la primera vez que se encontraba con alguien, así que si gritaba, sus posibilidades de que alguien la escuchara eran
ía qué
cer nerviosa, pero lo estaba y cada
sin dejar de mirarla a los ojos. "Y siempre ha
ue soltarla para sacar el cigarrillo y era en es
l no huyó de una vez, esperó a que Marco se confiara y cuando
taba su escape, sin dejarla avanzar mucho, miró hacia atrás y
, no se percató de que él estaba a solo unos
rse, morder su mano, lograr huir. Sus lágrimas ya salían, estaba llena de miedo y muy aterrorizada porque nadie sabía que ella estaba allí y si f
lo p
difícil y las fuerzas ante e
tida a aquel tipo de abuso y allí, donde se supone qu
dejó debajo de él. Moverla a la delgada y pequeña A
n aquella mirada, una mano se deslizó por debajo de la camiseta de ella y tocó sus pechos, provocando un movimiento repentino y brusco en Ariel, se
sujetarla con más fuerza y para eso tuvo que
tan fácil gritar con el pesa
bien sus manos para que la pequeña y
e no dijera nasa, comenzaba a pensar que aquello no era buena idea, pues no tenía nada planeado y pronto su esp
dejo ir. Además, ¿quién te creería? Eres una recién llegada, Alejandro apenas te conoce, y
nada, ¡
lo de ella y esta vez Ariel correspondió al beso mientras lloraba. El cuerpo de Marco seguía aplastándola, él la rozaba, restregando su erección en ella y aquel beso parecía no tener fin. "Yo creo que seremos buenos amigos." Dijo Marco luego de terminar el beso. "Recuerda mis palabras, después de todo cada uno de ellos te detesta, nadie podría creerte." Olió su cuello y después lo lamió, su cuerpo la deseaba, hasta le gustaba su olor, su cabello o
dó frente a él, asqueada por la invasión que él
. "Solo quiero irme." Miró sus ma
pequeña figura de Ariel y no se lo pensó dos veces. La jove
ó con más fuerza sus manos, intentó
r! ¡Yo no diré nada, por favor! ¡P
la para evitar un mayor problema ahora
s de mi casa, ¿ves como suena? Pero será nuestro secreto." Soltó sus manos y comenzó a alejarse de a
s Fendi, todo lo contrario. Se iría de allí, aunque le costara horas salir. Sabí
había pasado con aquel hombre, luego de que é
a donde p