La isla de eudamon
En el año 1854 no había aviones ni satélites. Si unieran habido algo semejante, un observador, desde el cielo, podría haber advertido que durante una fracción de
" La mansi
na en la que había caído tras delapidar la fortuna familiar. A su padre le había llevado toda una vida duplicar la riqueza de los Bedoya Agüero. A Bartolomé, en cambio, le llevo solo unos pocos años acabar con ella. A pesar de su juventud, ya er