El color del Dolor
o un doloso espasmo al igual que la dura corteza de el pan. Habían pasado muchos días en los que no había probado bocado alguno,tantos que había perdido la cuenta y la lucidez. Adas
unía a las lineas de Phillippe aun a sabiendas
o muchacho, t
mugrientas tomaron el pan con desesperación para
i supiera lo que le esperaba
nariz aguileña hizo un resoplido al entender que aquel pobre diablo trataba en vano de ganar su simpatía. Y no porque Adasius fuera tan cruel como cualquier otro de los delincuentes que
eñ
levemente, tratando de mostrar un po
de el mundo pensaba seguir en ese lugar,lucharía hasta el último aliento de su
adre
no me corresponde,en todo caso pregunta
ender que era lo que hombreton quería de él. Le temía hasta los huesos,era uno de esos temores ensordecedores qu
que soy s
umillara de esa forma era lo más denigrante que
eza,estaba sentado en una fría base
oca rebozando de migajas-Horas es un demonio sin remordimientos,pero se v
lizaban precisamente, pero
lias jamas. Ahora,tras llenarle la barriga se sentía afortunado,había salido sin un rasguño,uno que otro golpe, pero nada de cuidado a comparación de sus compañeros. Solo un corte superficial en
par de minutos miraba hacia la puerta de entrada temeroso e impaciente por saber su destino. Pero ¿cuántas veces
♥~♥~♥
e formaban un corazón. Se removió incómodo al recordar la ultima vez que lo tuvo en sus manos,fue la noche en que Barberino entró en su casa y lo arrastró con mentiras. Era un pequeñajo imbécil
entre sus dedos co
oli
adie escuchaba,cuando notaba en sus ojos que era el mismo chiquillo asustado que sacó de los cal
señor. Por fin
ulloso de que hubiera logrado su venganza,lo que que
s grandulon,el d
gante
e una vez,así dejaríamos
irada a su alrededor c
tanto, hay
u lo d
a con urgencia un descanso de todo aquello,pero sus hom
que se preparen, esta
o se le instaló en el pecho y difusas imágene
ento-.Alegó,pero de nada serví
a y lo vio aun parado
z lo que t
nsada y este po
esas cosas nunca le fallaban. Y antes de que otra cos
~♥~♥~♥
e muy rígido,la mandíbula muy apretado y la fuerte sensación de haber perdido lo
mas facciones hermosas de su madre,las mismas que lo habí
forma que lo único en que podía pensar era en someterlo,en hacerlo suyo de nuevo. Deseaba partir su carne como ninguna otra cosa,le producía mas deseo que la misma Isa
ndo entrar a Parminius con el aliento y el cuerpo acelerado. Su rostr
uentra bi
evo sobre su silla y cerrando los ojos con fuerza. Pensó que no diría nada mas,y de p
no lo había hecho bien,había permitido que el delincuente ese se acercara hasta Monseñor Barberino y lo hiriera
señor,pagara por
mirarlo con ojos rojos,amenazantes y
. Barberino cerró de nuevo los ojos aspirando muy despacio. Algo en e
a manera siendo un religioso, y sin embargo algo de él le producía un escalo
~♥~♥~♥
jos eran como dos piedras resplandecientes y tenía la sonrisa amp
odo el lugar,musica,bebida en tarros y
nerla boca abajo sobre la mesa,negó con la cabeza y luego levantó otra ca
re su hombro,sabía quien era,pues er
a luego sentarse frente a ella. Ella lo contemplo maravillada. Mas criatura que hombre,casi una aber
cionó él echando un vistazo por cada r
reocup
mente y le dio un asentimiento casi imperceptible-Él no
nna,yo si creo-. S
ca gruñona y extendió su mano frente a ella. No le gustaba que le echara la suerte
y volvía a lanzar otra mirada par
una nueva mas
cho mas que un rostro bonito,hermano. Trae con él muerte y dolor,trae envidia,batalla-. Ho
ó su mano
ignific
eran el pan de cada día.
a las cartas para Solan y parecía qu
posible hermano, y tu corazón que es