La Vampira Alfa del Lobo
rad
a de su inconciencia. Tenía
on las manos atadas al uno de los
párpados y le dolía
Lo último que recordaba era estar llorando en su coche en el estacionamient
una capucha negra en su cabeza. Eso le recordó cuando f
ón y sintió miedo por pr
as sogas estaban encantadas por una bruja con un hechizo para que ningún vampiro pudie
a voz, una imagen o un olor, algo que le diera una noción de d
iempo y parecían provenir de una habitación contigua. En un rincón
r, pero muy leve y contaminado, fue un olor que le era conocido. Per
aparentó seguir inconsciente. Trataba de
e que aún est
lleva mu
por eso te digo qu
lteó sobre el rostro de Aurora, quien obviamente rea
enfadar mucho, pues dijo que sería solo suya y que
n sacarle la capucha, se dirigió a Aurora – así que más vale que te vayas lubricando bien si no quieres que un l
ba a ser violada de una manera atroz y frente a todos. Sin encontrar consuelo, no dejaba de preguntarse qué era lo
un hombre con mal aspecto de forma irónica – puedo traerte algo si quieres,
bía que eso no pasaría, no solo porque él no estaba enterado de que ella había sido raptada, sino porque ni siquiera estaba en el país. También se arrepentía de haberle ordenado a Dilan que se alejar
ues – dijo alguien que entró
é te re
a blusa de Aurora dejando
olviste
en la habitación, cubrió a la joven c
e llorar, estaba a
ias respiraciones, signo de que había gente, pero en total silencio. Y luego pasos, pasos que se acercaban firmes pero lent
la, pero no era el extraño d
poder, puede que a mí me mates pero esto está lleno de lobos deseoso de ponerte una mano encima, no les des motivos, hazme caso – le aconsejó la muchacha con voz amable, así que Aurora asintió con la cabeza y colabo
solo levantó la mano indicando a la joven que se fuera. Esta obedeció y cerró la puerta a su salida. La habitación
Dil
bre – dijo mientras le t
a llorar. De pronto se calló
s detrás d
es largo
ómo
diga, sin discutir y tal vez, sol
confia
. Ellos deben creer que estoy abusando
ometiste
go de explicar, ahora
n la habitación y gritó junto con ella, así como la in
ue más quiera,
do – ahora debes desnudarte y tirarte en la cama, yo tengo que abrir la puerta para pedir que
a la ropa bajo la at
!, Aurora,
io, Dilan?,
dió disculpas mientras
stá
que lloraba. Dilan acarició su cadera y le besó la mejilla. La electricidad volvía a pasar por s
difícil de domar. Y reúne a todos en el salón que luego
s de Dilan hacer semejante cosa, pero el hecho de decirlo le hacía suponer
? – preguntó cuándo
tú me entiendes, y pelea conmigo como si quisieras soltarte. Pues entrará, dejara la comida y se irá muy rápido para no interrumpirme. Entonces reunirá a los lobos en el salón,
, en
Bi
mirarla no pudo resistirse y la besó. Ella sintió como él se metía de lleno en su boca y le correspondió, de inmediato la erección del lobo se hizo sentir. Ella comenz