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Destinos Entrelazados: El Alfa y la Omega

Capítulo 4 Dominieck Bastrii

Palabras:2079    |    Actualizado en: 13/10/2022

dad por momentos me atormenta al notar la ausenc

de mi oficina desde la cual observando con atención como el patio de la mansi

r ubicada próxima al centro de la ciudad en un costado donde

sta la ciudad y el cual proporciona un sentimiento evidente de privacidad por lo mismo en medio de t

la lúgubre figura de la muerte que parecía danzar con alegría en cont

, estuvieron corriendo un enorme peligro tras una de las manadas vecinas que antes se pensaba era

guimos salvarnos; logramos ante las posibilidades en contra que teníamos huir aun a pesar d

desaparecer borrando completamente nuestro rastro por lo que el

mi futuro no podía estar condenado por sus errores tras dos años perdidos de la

omó bajo su cuidado y protección por lo que termine nuevamente de regreso, aunque di

e pagarle me acogió, en tanto a pesar de ello me educo y me formo para que fuera un

ado armas en contra nuestra los Bastri pues los tales tras su levantamiento se terminaron estableciendo aquí en la residen

... ..

a la cual acepté con gusto cuando decidí formar parte de este mundo de la mafia para explotar de i

toc, t

cio entre toda mi oficina dándome aviso

istencia que puedo percibir con completa claridad sumado al leve aroma de tensión procedente del otro lad

otro lado, por lo que debido a tal intervención me veo en la obligación de darme la vuelta en dirección a

lpe señ

al, quien con cual actitud fría pronuncia aquellas palab

además de que es el lobo principal que guía

, un experto en espionaje capaz de camuflajearse de la me

rcibir que sin dudas algo había pasado, algo que me llenaba de intriga pues conozco a l

palabras con cual toque de frial

blema en el a

se de pro

cuando el italiano llego al puerto aquellos se lanzaron desde las sombras, no nos dieron ni la más mínima oportunidad de p

n salvar

llos tienen completa pose

desde un principio todo est

s rondaban sin tregua alguna produciendo en mi cual sentimiento de intranquilidad y cuando finalmen

n es el responsable, algo me dice q

a consumiendo por dentro y sin dudas no la liberaba lo más pr

oque con fuerza contra el escritor

viado de los alfas, tráelo ante mí, tendrá que dar una buena explicación a

señ

os resolver esto lo antes posible así que ha de conocimiento el fallo de la

veces aquel abandono aquella of

revuelto ya que no era para nada normal la tranquilidad que se hab

n así que por lo general aquellos suelen encontrarse pisándonos los t

an amargo de desconfianza que en mi se mantenía alojado hasta el m

ción por lo que rápidamente pudimos llegar a establecer un convenio bueno para cada parte, con mi gran

consejo de lobos se enteraron de tal logro intervinieron para adueñarse de tal c

.. ..

r la rabia ya que presumía que de todo esto nada bueno saldría, me encontra

nada empezó a atormentarme haciendo que pe

ibía, aunque por algún no mayor a unos escasos minutos estuve allí batallando contra mi hasta que no pude aguantar más

co que se adentraba entre mis pulmones mientras elevaba la cabeza al

sin hacer absolutamente nada más que contemplar el pai

Bastri

va instancia mi tensión, sin siquiera girarme se de quien se tra

r sea realmente importante, porque no est

ansión, más que nada es la que controla todo el movimiento que corr

sconozco que planes ten

jovencita es conocida por probar mi

ue es lo que

rada, me pidió que le avisara que

un recuerdo atravesó ve

había olvidado por

´, para tomar del perchero el saco que completa el traje que llevaba puesto para terminar de acomodar mi

orma despreocupada, parecía que llevaba un buen tiempo aguardando por mí por cómo se miraba tan ind

se percataría de mi presencia al aproximarme o, aunque fuera d

o que estimo que probablemente estoy pintando como cual obra de arte o que en ese

- que aquel fija s

destreza y velocidad se dirige hasta la puerta del coche que da al asiento tr

gran prisa la residencia aquel iba sumamente enfocado en el ca

ero de no ser así no me hubiera topado

aquella carretera cuando por suma curiosidad le

ocumentos que te entr

delante señ

de proporcionár

asta el asiento del copiloto para extraer la carpeta que en su superficie yacía

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1 Capítulo 1 Prefacio2 Capítulo 2 Bienvenida a Belcier3 Capítulo 3 El reencuentro con el tío Martín4 Capítulo 4 Dominieck Bastrii5 Capítulo 5 ¿Quién eres 6 Capítulo 6 El peso de nuestras dudas7 Capítulo 7 Lobo al asecho (El sonido de la muerte) - I8 Capítulo 8 Lobo al asecho (El sonido de la muerte) - II9 Capítulo 9 ¿Quién es ese tal Bastri 10 Capítulo 10 El desconcierto de Dominieck11 Capítulo 11 La curiosidad de Dominieck12 Capítulo 12 ¿Qué quieres de mi - I13 Capítulo 13 ¿Qué quieres de mi - II14 Capítulo 14 ¿Qué quieres de mi  - III15 Capítulo 15 Esta bien perdonar 16 Capítulo 16 Me niego a alejarme de tí17 Capítulo 17 Ubicación el mirador (Dominieck habla de lo sucedido a Emma)18 Capítulo 18 No puedo más que callar, ante las verdades no dichas19 Capítulo 19 Un nuevo lugar para conocer...20 Capítulo 20 Tío Martín simbolo de la obstentocidad y el caos culinario21 Capítulo 21 Silea alma noble22 Capítulo 22 Tu tan enorme y yo probablemente tan pequeña 23 Capítulo 23 ¿Por qué estás aquí  24 Capítulo 24 El inicio de la lujuria (Emma empieza a sentir atracción por Dominieck)25 Capítulo 25 Intento alejarme pero la vida se empeña en acercarme a ti26 Capítulo 26 Las preguntas de Dominieck27 Capítulo 27 Incógnitas28 Capítulo 28 Ultimos preparativos (La antesala a la gran celebración)29 Capítulo 29 Tú, mi fiel tormento30 Capítulo 30 Tu me atacas, yo respondo31 Capítulo 31 Bienvenida seas tia Susan32 Capítulo 32 Dominieck y Susan amigos o enemigos33 Capítulo 33 Las memorias de Martin34 Capítulo 34 El aviso de Monoe35 Capítulo 35 Dos se convirtieron en cuatro36 Capítulo 36 Mi diversión consta en provocarte Emma37 Capítulo 37 Las horribles pesadillas de Emma38 Capítulo 38 Y no puedo evitar, sentirme ser domado por ti39 Capítulo 39 La reaparición de Silea malas noticias acarrea40 Capítulo 40 Huir no siempre es de cobardes 41 Capítulo 41 Secreto bajo tierra42 Capítulo 42 Camino echo de recuerdos43 Capítulo 43 Baúl de recuerdos44 Capítulo 44 El camino a elegir45 Capítulo 45 El bosque te observa46 Capítulo 46 No te sueltes, no se lo que pueda pasar...47 Capítulo 47 No me sueltes...48 Capítulo 48 El secreto de la cabaña 49 Capítulo 49 Lyall ¿Qué haces aquí 50 Capítulo 50 El dolor de la aceptación 51 Capítulo 51 Los esporádicos recuerdos de Dominieck 52 Capítulo 52 La docilidad de Dominieck53 Capítulo 53 Trampa o verdad54 Capítulo 54 Amor u odio (Emma no sabe cómo lidiar con sus emociones) 55 Capítulo 55 Amor naciente 56 Capítulo 56 Lobo de nube I57 Capítulo 57 Lobo de nube II58 Capítulo 58 La despedida de la cabaña - I 59 Capítulo 59 La despedida de la cabaña - II60 Capítulo 60 La despedida de la cabaña - III61 Capítulo 61 La despedida de la cabaña - IV62 Capítulo 62 La despedida de la cabaña - V 63 Capítulo 63 La despedida de la cabaña - VI64 Capítulo 64 La despedida de la cabaña - VII65 Capítulo 65 La despedida de la cabaña - VIII66 Capítulo 66 Lo no contado (La despedida de Silea)67 Capítulo 67 Belcier tan amada e incierta (El inició del romance) 68 Capítulo 68 Destino rumbo a la primera cita 69 Capítulo 69 Del odio nace el amor y del amor nace el deseo 70 Capítulo 70 El inicio del descontrol71 Capítulo 71 Dos partes de un mismo ser72 Capítulo 72 La incertidumbre de Dominieck 73 Capítulo 73 Los juegos de Kreiger74 Capítulo 74 La confirmación de Susan75 Capítulo 75 La vuelta a la realidad76 Capítulo 76 Comprensión y aceptación77 Capítulo 77 La petición de Dominieck78 Capítulo 78 Nuevos cambios79 Capítulo 79 La presencia del mal80 Capítulo 80 Un invitado inesperado81 Capítulo 81 Nuevos problemas82 Capítulo 82 La captura de Emma83 Capítulo 83 La gruta84 Capítulo 84 El inicio del fin (Confesiones)85 Capítulo 85 Namesh revela la verdad86 Capítulo 86 El caos87 Capítulo 87 La última pelea88 Capítulo 88 Emma y Izra89 Capítulo 89 La reconciliación (Extracto)