Si jugamos con fuego
vi
luso reprimió el grito que bullía en su garganta por salir, pero se contuvo y se
antes de que Elías apareciera en su
a logrado alcanzarla a ti
bolsillo de su chaqueta con la intención de besarlo con todo el mimo del mundo, pero tampoco lo hizo. Sacó
Y.
o fingiendo que se
stido nuevo? -Abril baj
mento. Ya
-El fingir que le agradaba pedirle favores así a su representante le ablandó e
as había sacado de tantos apuros, a pesar de ser un vejestorio de los setentas. Ella tenía el teléfono cerca de los labios y Livia sonrió al ver los
ió sobre su cabeza para después desl
los ojos desmesuradamente y allí en plena acera e
ra y de la nuca acercándola poco a poco a sus labios. Los bailarines dispuestos hicieron una mueca de desilusión inmed
mento por falta de pago y a ambas parecía perseguirlas una nube negra llena de toda la mala suerte posible, pues no lograban un solo contrato por más que lo
os ir esta noche -
s de que entrara a la entrevista y e
al y nece
ando te invad
tida al escucharla-. Vamos, n
d-. Le dijiste lo de tu experiencia, ¿verdad? -Livia asintió riendo-. ¡Mira! -exclamó mostrándole sus uñas-.
Dos! -dijo interrumpiendo su reprimen
ntrodujo en el espantoso tráfico de
tu j
ie
lo b
idió ignorarla-. Es atractivo,
i no lo
a? ¡Quién se cree ese estúpido! Con esa mirada de gato obeso y cabello de niña -Resopló a
in perder
ese cheque como una muestra de poder. S
n las fotos. ¿No le
o divertida arrancándole una carcajada a su
e encanta» a una fotografía suya de unos dos años atrás donde aparecía en Bali, con una toalla deslizándose por su cadera y con una sonrisa pendenciera que podía valer mucho s
guían algo, pero las continuas discusiones con su esposo por haber disminuido el espaci
uego compraron todo lo que completaría la
sto, desde hacía tres años, después de que a ella la despidieran del periódico donde trabajaba junto
n. La acusaba de haberles arruinado la vida, cuando fue la misma Clara quien la
ot y me dijo que sí. -Abi entró a la ha
impiar uno de los tubos de extensión de u
a la espalda, Livia la sujetó de la muñeca y se lo impidió. Abi suspi
bi
ajar, Livia. No
hacer el nudo en su garganta. Margot era la representante de Abi, pero a ella la odiaba desde hacía mucho
e no le llegó a los ojos-. Apresúra
uando soltó lo que tenía e
graba de que Abi le tuviera tanta paciencia. Ella y Clara eran sus
novio, viviría celoso por
Clara nos va a matar si llego c
la cocina. -Se burló Abi ganándose que Livia