Diosa de la Muerte
lugar – decidà ro
no era ni la sombra de lo que es ho
legar de un viaje de ne
nunca pr
rviosa y desvié m
usta que t
die me habÃa llamado asÃ
te dije que tengo pensado consenti
y otra escucharlo de su boca, nerviosa volvà a bajar la mi
hagas
¿Q
ablo, porque cuando haces eso me dan deseos de hacer algo con esa manos
mis mejillas y
sÃ, inocente, sonr
nocente- m
el sucio mundo donde vivo, ere e
ese mundo?
ozcas aun, por eso voy a llevarte
quisiera llevarme tan pronto a mi casa, cuando acaba de llegar y la noche era jov
el viaje en silencio. Cuando llegamos fui a bajar del coche, pero él no me lo permitió. Co
principal. Nos quedamos en s
r traerme. –
lo. Me gustarÃa invitarte a c
me hubiese gustado demostrar, asà que rectifique
mañana a las si
Lo alcance a punto de subir al coche y sacando un b
fono, puede escri
re- miro el reloj, se despi
rté me veÃa terrible. Quise cancelar la cita, pero luego recapacite y des
ente visibles. Luego llegó la incertidumbre del que me pondré, se supone que es una
ue se adecuará a cualquier ambiente. Use un poco más de maquillaje de
ón, realicé una corta parada en la cocina a beber un baso
la
preparando su comida. - Oye, que sabes de mi herma
erse quedado con MatÃas en
lato al verme. - joder Hela que estás para bellÃsima, es más si no
eso es un elogio?
io te ves bien. DeberÃas
s, tengo
mano mayor y sobreprotector que le he visto tantas veces
e con un hombre gu
e no sea el
fano es d
la cartera notifi
- Toni llamo mi atención que no lo esc
ote. PodrÃas honrarme con tu encant
ni, ya vini
oces a este ti
preocupes. Un
a arreglar mi vestido, retocar el maquillaje y asegurarme
on las mangas dobladas hacia arriba tres cuartos. Sus ojos grises re
salude
eléctrica recorrió mi piel cuando sentà sus labios tocar mi piel. -Espero
del coche y me