Diosa de la Muerte
fano resultó uno de eso pocos hombres que son buenos oyentes, prestaba atención a todo lo que decía y to con los nervio
mos en
quería llevarte a un lugar espe
l restaurante con la terraza con vista al m
l centro y lleno de luces de colores. El cielo de Sicilia parecía haberse aliado pa
e y minutos después subió
a probado un riso
ste, el chef fue reco
r todo esto,
todo lo hermo
nos vimos en la obligación de protegernos b
e te sientas incomoda por estar en mi departamento. De pronto una leve llovizna
nada. –
s una cop
, gr
nces d
iseñadora de moda, es mi sueño desde niña. ¿Y Tú?
xportación. Pero es un trabajo abu
nte alcanzarlo, pero termine arrojan
soy. ¿Me permitir
de ahí, voy por algo
el vestido y lo puse en el lavamanos,
ué no co
importo l
importa lo que haces. El próximo mes voy a Sicilia a verte, te a
cciones, y si quieres verme sabes dond
colgué el teléfono. Escuche unos golpes
ó, entrado Stefano con algo negro en sus manos. – te traía una de mis camisas p
quitado el vestido para lavarlo, el se había puesto
trata bien y fuera un caballero, pero ya me estaba empezando a cansar.
uedes
desnudo, su mirada quemaba, una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo cuand
- preguntó mirá
mis labios contra los suyos
igero sabor a vino y un poco de tabaco, pero sen
undizar el beso y él tomo el control,
nos y colocarse entre ellas. Desesperada y ansiosa d
as me penetraba y yo solo podía gemir su nombre, sus labios encontraron el camino hasta los míos, fue el beso más salvajada y arrasador que experimente toda mi vida, sentí como cada parte de mí cuerpo vibraba, me estremecía y el orgasmo llegaba rompiéndome en mil pedazos, una de sus manos
paciente a que se llenará, luego la preparo con sale y aceites que tenían un aroma delicioso, me dio la mano, me ayudo a bajarme de donde seguía inmóvil y me acompañó a meterme en la bañera, cuando estuve sentada en entró y se acomodó detrás de mí, en silencio enjuago mi cuerpo y me acarició con delicadeza,