Dulce venganza.
ana como está planeada Leo. -Tanner frunció el ceño, por su bien esperaba que
el gran día, pero el bullicio lejano llamó por un momento su atención, su primera respuesta fue ignorar, fuera lo que fuera no era su problema
da. -Victoria sé jaloneo para que lo soltaran, los tres alfas que la había interceptado mientras deambulaba por las desierta
ellos sacó una arma apuntándole justo en la cabeza,
rario de lo que hubiera querido trasmitir, para un alfa cualquiera escuchar un
tar, pero se petrificó, ni siquiera podía llorar, sería lo último que haría en el mundo y no podía hacerlo, en cambio, sonrió cuando el olor a chocolate amargo llegó a ella. ¿Así era
e momento, un alfa desconocido llegó hasta ella golpeando a uno de los lobos que quería hacerl
urló uno de ellos. -Te daremos la paliza de
entonces llegó su momento de contra atacar tecleando a los alfas, el azabache se movía de una forma que ni los ojos de Victoria eran capaz de seguir. ¿Quién era él? Se preguntó la rubia. A
ía por qué. Al ver a la omega delante de él, las ganas de
tenía el derecho de hablarle haci, Leo la tomó por los hombros tenía la necesidad palpable de ver como se encontraba, pero al mismo tiempo necesitaba tranquilizarse, estaba mal ponerse furioso con la om
a, pero cuando el alfa hizo lo mismo con ella de manera más cercana se asustó de nuevo. Leo estaba fascinado, el olor de aquellos alfas había podido cubrir un poco el verdadero aroma de Victoria, uno que era tan intenso y delic
ú?... -pregunt
ance, esto no tenía sentido, nunca le había p
a perder la vida? Es solo un bolso -Le reclamó receloso. Victoria apretó
dida-. Solo hubieras dejado que hicieran conmigo lo que quisieran
ado, el dulce olor a fresas con crema no lo dejaba pensar muy bien. Miró hipnotizado su rostro y toda su anatomía, en su vida había conocido a una omega tan hermosa como la que ten
agradecid
... -Lo miró de soslayo desviando la mirada con
e despertaba en ella, a toda la sarta de tonterías que soltó de su boca no podía pasarlas así sin más, era
ancia. Victoria reconocería esa voz donde fuera y se tranquilizó sonrient
Porqué están tan palida...-preguntó alar
ncima, eso no era lo que lo tenía tan tenso sino el hecho de ver delante de él al hombre que estaba buscando con tantas ansias. Los ojo
mi Vicky? -pregunt
dre, a pesar de ser un alfa gro
lo en ese momento. De nuevo, después de tantos años, por fin estaba frente a él, pero la poca cordura que le quedaba le gritó dentro de su cabeza que pensara con i
có a él eh hizo una señal a sus
decirle su verdadero nombre, así que tomaría
mega rubia que lo hacía confundirse mucho, a pesar de la mezcla de olores ahí, él podía identificar
había usado su grito y el alfa frente a él lo había podido identificar, eso... no podía ser posible, l
stómago, esto era tan insoportable. En su mente lo maldecía una y otra vez por haber matado a sus padres, actuaba tan recto al darle las gracias por salvar a su hija, si hubiera sabido qu
ón del salvador de Victoria, en su mente estaba formando una idea-. Al parecer tienes muchas habilidades,
do por asuntos personales. -Apretó sus puños mirándolo serio. Filip asint
ó cuando la idea tu
me gustaría que aceptaras -musit
en su interior. Estaba a punto de negarse cuando
Seria -El alfa mayor señ
d perfecta para llevar a cabo su venganza, muc
abía estado en silencio detrás de él, pero ya
si gritó. Filip alzó su
a hermosa omega como ninguna otra. -Leo clavó su mirada sobre el encantador rostro de la omega, no podía poner obj
dea de su padre, ella no necesitaba quien
yo se cuidarme sola... -Trató
aldas de la omega malcriada, no era exactamente lo que buscaba, pero tal vez...
..-dijo
que el desconocido hubiera aceptado tan fácil así nomas. Al