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Dulce venganza.

Capítulo 9 Trampa

Palabras:1991    |    Actualizado en: 04/11/2022

er, Alan? -Le

enojo. Leo alzo una ceja curioso de ver hasta donde podía llegar, pues no creía que fuera capa

mos mañana chicos. -Se despidió de nuevo sin dar importancia a lo acontecido y cam

y se dirigió hacia a la omega. Leo no le gustó en lo absoluto el tono con el que le habl

molesta en absoluto, como si

una furia, tampoco era un tonto para no saber que si empezaba una pelea el sería el más lastimado de los dos o incluso el

sa forma asustandome, así que lo siento tu tuvistes la culpa... -Alzo una ceja y e

casa de la omega. Tanner estaba pensativo en como había actuado de una manera tan impulsiva, el no era así, tenía a su lobo irracional pero la mayoría de las veces pensaba las cosas más de dos veces antes de hacerlas, pero

orme como si se tratara de alguien más de la familia y Leo se preguntó si así lo era. Le quedaba claro que no había investigado bien la vida

recamara?- Nani era la nana de Victoria, quien la había criado desde pequ

ala cara no le pareció la respuesta de la rubia,

vez el alfa a su espalda si lo tenia, tampoco podía ser

ani -dijo fuerte para que este lo escu

ulado que el no puede despegase de ti en nin

o bajo, algo que lo irritó-. Llevale algo a mi habitación, ahí podrá comer mientras me

e la comida que más te gusta -La omega volvió a negar dándo

ar a pesar de que era su empleado. Trataba de hacerle entender que no podía ir por ahí derribando a la gente cada vez que alguien se le acercara, no era la primera vez que hacía algo como eso, su profesor de literatura le puso trabajo extra com

laro? -Se cr

pitada y me disculpo ya no pasar

no había actuado de manera radical, solo le daba una palmadita en el hombro y le sonreía como premiando su actitud y la omeg

que abrieran sin esperar respuesta. Era Nani con una charola de comida, sonrió al verlos y camino hacia la mesa que se enco

a de chocolate amargo frente a la mirada curiosa del alfa. Por una razón desconocida la omega s

ar desinterés. Leo frunció el ceño al o

nes gastronómicas, cuando ni si quiera se toleraban. Se dedicánron una mirada tratando de entender por qué, pero era claro que ninguno de los dos formularia ni respondería la pregunta. Había sido un error confiar ese pequeño gusto con una de las omegas que coqueteo con el dura

uar demasiado con la omega antes de que pasará lo que tenía que pasar. Alzo la vista cuando escucho el ligero crujir de la barra de chocolate que Victoria sostenía en sus pequeñas manos, mirando con atención como se llevaba un pequeño trozo de el a su boca, saborenadolo con tanta delicadeza, cerrado

cia, seducir a un alfa jamás le pareció tan divertido como ahora y Leo lo descubrió demasiado tarde. Carraspeo su garganta y se i

e realmente adorable y seductora y Leo no pudo hacer nada contra eso realmente era muy hermosa pero se

na de sus acciones y tomo el cubierto llevando a su boca un poco de fresas cubiertas con crema. Soltó un gemido a propósito, lamiendo hasta lo último sin dejar de mirar al alfa y sonrió cuando esté tenso su mandíbula. Tenía que admitir que era la primera vez que hacía a

un movimiento rápido sostenie

La omega ni siquiera se inmutó solo se quedó callada y sonr

sas, alfa. -Susurró con un br

ue lo hizo perderse por completo en todo lo que la omega le está ofreciendo. Ambos gimieron sobre la boca del otro y el aroma que desprendió era

uscaste.

estampó en alguna de las paredes de la habitación y bajo sus labios al cu

ación, extrañamente gozando por el tacto del alfa bajo su blusa, buscando desesperadamente sus senos. Pero antes de que lograra hallarlos se separaron abructamente al escuchar unos golpes en la puerta. Sus resp

ado, Filip se quedó estático y miró a su hija qui

ndo aquí? -excl

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