Secuestrada por el árabe
ran dificultad introdujo la tarjeta para abrir la habitación, su frágil cuerpo no estaba acostumbra
les manos recorrieron su cuerpo con desesperación, tan solo basto un momento para que de un tirón se deshiciera de su ligero vestido, deslizó sus labios por su cuello hasta llegar a sus pechos, ella sintió como los suc
n importarle el dolor que ella estaba sintiendo, después de un rato escucho que el hombre ahogó un débil gruñido,
no llamar mucho la atención, después de un rato, maldijo al ver que nadie abría,
ca, algo en ella llamó su atención, era simpática y muy hermosa, dueña de un cuerpo escultural, en cuanto la vio,
momento estallaría, a su lado la chica aún dormía, la observó por un momento,
en su bebida, por lo que se tuvo que retirar de prisa de la cena a la que había asistido, sentía un terrible
riz le daba un toque armónico a su perfecto rostro angelical, sintió el impulso de besar sus labios, eran carnosos, pensó que su pequeña boca tenía la apariencia de un corazón, alzó la s
as sábanas y lo pudo comprobar -¡demonios! Su amigo le debió haber ofrecido demasiado dinero
e que en aquella habitación tan solo había ropa y objetos personales que pertenecían a una mujer, cayó en cuenta de que se había
taba justo al lado de la suya, quizá su amigo se dio cuenta de su equivocación y envío a la chica a
ó Ca
nde estás? Anoche desa
e pusiste en mi bebida, por cierto ¿cuánto le
chica? No sé de qué
fuist
hablando, después de que te fuiste,
opuerto, si no te apuras re
migo salgo de inm
ría, lo conocía de muchos años atrás y nunca lo había hecho, enseguida llamó
A
n puso algún tipo de afrodisíaco en mi bebida, pide las imágenes
mismo a inve
sultados en cua
n la ciudad de Los Ángeles, se dirigió hacia el aeropuerto, abordaría su avi
ción un hombre la había llevado a la cama, por un momento pensó que había sido un sueño, pero al moverse sintió un fuerte dolor en la parte baja de su vientre, se dio cuenta de que todo fue real, había entregado su virgini
hara,
ra te pusiste ayer chica, tomaste dema
ue enviaste a mi habitación ¿cuándo me
no envié a nadie, espabila
i habitación, un hombre estaba en ella, pensé que lo habías enviado p
sta el ascensor, regrese al restaurante, pase la noche con el chico que conocí, que por cierto me hizo pas
con el que había pasado la noche? Thara Smith ven a mi habitaci
terior? No era fácil para él saber que quizá había hecho algo indebido con aquella chic
aquella chica, pero su amigo lo necesitaba, un buen punto era saber que después de tanto tiempo por fin había estado con una chica, ya estaba empezando
uenta de lo que estaba pensando en ese momento, sin
ad de mujeres lo buscaban constantemente, algunas al ser rechazadas, no habían dudado en inventar rumores sobre él, tenía que aguantar que su sexualidad fuera puesta en duda, trataba de no llevar su an