El Oscuro CEO
*recu
ó el gran salón, corrí al despacho de mi padres,
ndía bien que era lo q
cuerpo yacía sentado en la silla, pero su cabez
él y comencé
espierta,
pió en la habitación, perecía no sorprenderse por la escena. Me tomó en brazos y me llevó a mi dormitorio
acompañaría po
llí un hombre con aspecto aún más duro que el de lo
arreglado todo lo que
r, está en
ervar un par de bolsos y una maleta grande. ¿Cuá
e a la niña y v
ijiste que saldríamos de viaje? – come
zó en brazos – ahora empezarás una nue
, por más que insistiera y las repitiera, solo se mantenía callada. Lloré desconsoladamente. Me metieron en un
z más pequeña mientras me alejaba, hasta que trans
e mi padre murió por que me lo dijeron, también me lo hicieron ver en el notici
recuer
habitación, se encontraba la jove
para estar que no sea aquí conm
igo aquí - dijo sonriendo - ni te lo creas, eres mi paciente y d
o con la pobre que lo único que hacía era cuidarm
scopio frio sobre mi pecho desnudo - todos cu
so era necesa
ees que escucha
á muy frío
compórtate como un ho
as una cerveza cu
to para beber una, pues tu no s
da seductora, ella, en lugar de ren
y necesitarás mucho tiempo para recuperarte - suspiró - así que
fas, la hacían por demás atractiva. No quería, pero yo era un ser por demás se*xual, así que tuve una erección casi de inmediato. Ella se puso seria, creí que se había enfadado por mi reacción física ante su co
ataste de s
que no, siempre cre
ón me molestó - yo no dirí
quise incomodarte, a veces soy
con alguien que hubiera
pito, no quis
olo que no suelo hab
todo tendré que ac
taría, de
ómo
o me pondré mejor y saldré de aquí - le dije de forma
omportas como u
uñeca - solo cuando quiero que me tra
o descarado,
a traje hacia mí, cuando estuvo casi pegada
a, ¿te parece muy d
en los suyos y me abrí paso con la lengua en su boca. Ella me correspondió, no llamó mi a
pero no la deje
lteamos las cervezas y
stó tu beso, pero me tomaste por sorpresa – dijo mientras se
.. ¿habrá p
o debes recuperarte,
unos minutos ingresó una mujer, de mediana edad hac
ile, mi nombre es Luciana s
ho gusto y le agradezco por
e me dijo el
¿C
e dijo que
r qué le decía que era su hijo?, aunque seguramente ser
, ¿quién soy yo para
o, voy a buscar su comida señor
ues tengo más hambre q
a un deseo carnal con ella, a diferencia de su compañera, esa que me dejó un sabor exqui
pero mi estómago se había achicado un poco. Así que, si bi
llevar los platos, se encontró con Don Paolo que intentaba ingresar. Se
Luka, te veo de
Gentile, muchas gracia
hace muchos años nadie me
aliva y le pregunté - ¿Por qué le
entile y ella asumió que eras mi hijo, y no se lo desmentí – me sonrió - Ademá
ado, solo que no ent
do te hirieron? – yo no le respondía, estaba asombrado, nunca noté que me estuvieran vigilando – yo siempre vigilo las pand