El Oscuro CEO
ic
fantasías con él. Por momentos me generaba estremecimiento, aquellos ojos fijándose en los míos, mientras me descubría detrás de la cortina, como toda niña tonta me enamoré de él, tal es así que cuando me dejó en mi habitación, le dije que me
za, en un par de oportunidades estuve a punto de perde
ña. Yo no despegaba los ojos del piso, no solo por no querer tropezar y caerme, sino porque no podía mirar a Luka. Hasta que al fin estuve frente a él, sentir el contacto de su mano en la mía, hizo que una electricidad co
icé, no sé porque, pues ya estábamos casados desde hacía días, de todas maneras no salía de mi parálisis, el sac
, debes
corazón haciendo que se est
to – solté
o el sacer
e besar a
Yo bajé mi cabeza, pero tomó mi babilla y me obligó a mirarlo. En ese momento sentí un poco de miedo y otro poco d
llegar, pues sería besada por Luka, mi sombrío amor. Posó sus labios en los míos, quise devorarle la boca, pero en lugar de eso, permanecí inmóvil y cerré mis ojos. Su beso fue por compromiso, dulce sí, pero sin sentimiento alguno, ni siquiera de lujuria. Supongo que darme un beso en los labios o en la mejilla le hubiera causado
os esp
azo para que me sujetara. Esas palabras hicie
n para que pasáramos y así arrojarnos flores mientras nos felicitaban a gritos. El barullo era tan grande que mis oídos zumbaban. Subimos al coche
la recepción
para que los invitados
ordene
calor de su mano sobre la mía, eso hizo que me sobresaltara. Lo miré y me s
sobre la tuya, no quiero saber cómo te podrás cuando esa mis
consum
ue se consuma - Respondió mientras se llevab
Yo
con Luka, no había pensado en eso; la consumación. Empecé a temblar. Retiré mi mano de su agarre
uila ca
riño, me llamo A
in nombre", y que no
erlo cuando me
r completo a una dura y algo enojada – yo te traje devuelta a
ue debo estar ag
xpulsó con violencia – mira, esta es una conversación que debemos tener tú y yo, pero cuando todo esto haya pasado y
desvié mi mirada hacia el pa
stro que tenía, porque no confundir una cosa con otra, yo estaba muy enojada con él,
abía alquilado todo el edificio para que los invitados que llegaron del exterior tuvieran donde alojarse. Como era de esperarse, yo no conocía a nadie en abso
emos comportarnos como recién casados muy e
pretaré a la per
por mi rostro – sobre todo trata de pasarla bien, Alicia. No so
vación fue abrumadora, la música se detuvo y el locutor anunció nuestra llegada. Luka me llevó al centro de la pista y la orquesta interpretó un hermoso vals. Me tomó de la cintura con una mano y con la otra la mía y comenzamos a bai
uy bien – di
ué c
ar, ¿q
sorpr
de mirarse. Se acercó muy lentamente, creí que iba a besarme, y sí, lo hiz
que nunca has estado
arlo, pero en lugar de eso,
, me ha
a cuando lo h
jas, me estrechó a él aún más