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Mía.

Capítulo 4 ❀

Palabras:1908    |    Actualizado en: 30/11/2022

R

que hace con nuestra chi

sin ser capaz de apar

o rosa combina perfectamente con la palidez de su piel, el como sus piernas de ven

s acé

un m

María que esta colgada a mi brazo. Antonio conversa con su esposa y ent

nformo hacia el gru

l ceño levemente fru

¿Por qué no llamas a uno de es

el hombre y nuevamente miro a las personas conmigo descubriendo q

uida v

lejar a mi hembra de aquel sujeto, puedo notar que no es

so? – habl

mpo que olfateo al aire llevándome

que ella

engo

lgo beneficioso para nosotros qu

verd

e provenga de ti? – escucho el tono moles

us padres apenas pueden pagarla la universidad y dudo que te estén pagando las pasa

uedo ver en sus ojos que le afecta lo que este sujeto le dijo. Llego junto a ella antes de que pueda abrir la bo

rson la esta

ndo conecta sus hermo

A

nas cosas con ustedes sobr

ente con mi pulgar su espalda, el hombre frente a mí huele

nos a solas? Es

un buen informe – ríe con burla hacié

surro solo para

ligeramente cuando se aleja de mi tacto para acercarse a la barra y beb

o sin contenerme –. ¿Por

jo que tengo junto a Owen por el hecho de qu

o de su vaso y luego voltea en mi direcci

die le hable así, no mer

rostro y me maldigo internamente

a viendo tras mi cuerpo

lir de mis labios, estuvo con él. Ese desgraciado estuvo co

chasqueo la lengua al reconocer la v

e me miran con intriga, la tristeza aun puede olerse en ella

sotros señorita Parson – digo sin apartar la vista de ella, sus ojos brillan ante m

n mi acompañante, tomo asiento junto a ella e inconscientemente mis ojos vagan por el

O

ese encuentro con Tomás. No lo veía hace un año desde q

ro luego se mostró como realmente era. Comenzó con pequeños detalles como quejarse por

do que lo conocí en una fiesta universitaria, si bien el no era estudiante, era conocido de uno de los dueñ

entosa r

unta Mateo a mi lado ter

la cena y ahora el ambiente

respondí c

s de los pies debido a mis tacones, pe

un rat

acepté con

eni

o. Me gusta bailar, siempre me ha gustado y Mateo me agrada, no ha vuelvo a insin

es de pegarme a su torso soltando una risa. La música es bastante buena y variada, distintos tipos de música logran mantener pren

mis ojos conectan

rva, esta levemente ladeado hacia un lado en su puesto, las piernas se

e, que cada poro de mi cuerpo se siente atraído hacia él. Mi cuerpo me exige acercarme, con

e también de pies a cabeza, tal como hice yo con él hace unos momentos. Mis mejillas

ta Mateo tomando mi ma

o me acerca tomándome por la cintura e inclinándome hacia un lado me h

e beber? – vuelve

ré al tocad

ente –. Te espe

o ens

lve a aparecer en mi cuerpo, pero la ignoro pensando que ya se quien puede ser. Me adentro en el baño de

me toman con fuerza del brazo y me arrastran hacia una habitación vacía sin darme oportunidad de reacc

cultar el temor que la situac

devuelto las llamadas, ignoras mis mensajes e intentando contactarme contig

ambie mi

cercarse –. ¿Acaso no q

a, ya no es agradable su presencia, si bien nunca lo fue,

diendo, alejándome de él –

ntra la pared –. ¿Pero

in poder evitarlo cuando aca

í y resulta que ahora

mi cabeza intenta pr

qué h

pregunta empuñando mi pelo en su mano –

cabelludo arde por su agarre y un q

ces? Sué

o olfateándome y las lagrimas comienzan a acumularse en mis ojos –. Sigues oliendo ig

arre, pero antes de reaccionar su mano se estrella cont

escapa de mi garganta al igual que las lágrimas –. Eras mía, tenía todo

l sabor metálico en mi lengua

me a gatas, pero me toma de la

aprendes l

rse sobre mí y comenza

o es que alguien

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