Mía.
O
imiento de sus labios sobre los míos. Y cuando finalmente caí en cuenta d
anos fueron hacia su pecho intentando encontrar agarre de algo ante las sensac
suya, su mano libre la posó en mi espalda baja, pegando mi cintura contra la suya y un pe
y su boca abandono la mía dándome oportunidad de respirar e intentar recomponerme un poco de lo que acaba de suceder, pero mis planes se frustraron c
expuesta levanto cada vello de mi c
uslos y me alzaron hasta dejarme sentada en mi escritorio. La fría madera hizo que respingara un
re mis piernas arremangando mi falda, mis muslos quedaron expuest
su presencia, su aroma, su sabor, había perdido cualquier rastro de vergüenza
a pasear su nariz por
ció. Ubique mis manos en su abdomen alejándolo de mí, su ceño fruncido apareció frente a mi rostro y rápida
dome de mi mesa y arreglando mi
poco alejándose –. A veces
gue las cejas
llama
undos dándome cuenta de lo
ra repitiéndomelas en este mismo instante, asentí un par de veces con la cabeza y
nsultó cuando me
cesitaba algo en e
en los míos como si quisiera ver dentro de mi alma. Intente mantener mi postura
te y no quería darle otro motiv
R
le así? – con
é, no hi
besarla, era
rdiéndome en ese intenso gris
ñor
estaba bien hace unos momentos, cuando correspondía mi beso, sus manos afirmándo
talón. ¿Ahora que le digo? –. Quería saber si querías de
recorre su cuerpo y el olor amargo
empeoras – m
ce? No dije na
que ocurrió esa noche,
prisa hacia ella, intentando arreglar la situación –.
uena opción – asien
ir ese aroma a felicidad que desprende mezclado con el propio de el
gocijándome de aquell
ó en su dirección y sorprende
as – r
curiosidad al no saber a q
e había agradecido adecuad
beza antes de v
s agrade
ti... – se calla volviendo a estremece
o, solo debes ten
ué
– respondo escuchando como su corazón
r esas palabras. Y me enoja, me enoja el hecho de que quizás nunca se ha sentido protegida, que nun
en la que nos encontrábamos, la puerta se abre antes de que alguno de
te a la mujer tras de mí –. No contestaste ninguna de mis llama
oso que pude, consciente los oj
ve oc
para tocar mi brazo –. ¿No podías ha
ún peor cuando el olor áspero de los celos llegó a
que, su mirada quemando mi nuca –. ¿Nece
el entorno, sus ojos caen en la mujer tras de m
gris de sus ojos es como hielo puro –. ¿Podría r
elos se hace más intenso picando en mi nariz, vuelvo a mirar a mi mujer y joder, si pudi
forzosamente –
pea a mi lado tomándome de la mano seguramente para arra
n enojo en su dirección es
. Me giro hacia mi hembra cuando esta de necesidad de dar explicacio
an – apunta la pue
cha n
n mi dirección haciéndome retroceder ante su
con fuerza y mi pecho se contrae ante su aroma. No me gusta, lo detesto y cada
Owen chilla de tristeza al ver
ote así, pero bueno es entendible que
la confusión me llen
relevanc
sangre y maldiciéndome internamente por haber dicho eso –. Así que es
o, escúcha
dibuja una sonrisa falsa en sus labios –. A
ándome la pue