TRAICIÓN: Dos familias. Amor incondicional. Un secreto. Un gran dolor

drián bajando las es

hermoso que estaba – ¿Para dónde vas?

mamá – dijo nerv

iró sorprendido y al seg

eso – me abrazó y corrió o

Adrián – dije alzando la voz y oí su

es, alta, tez blanca con algunas pecas y lunares, labios carnosos, nariz respingada, mi cabello es medianamente largo y con un brillo con el cuál todos tienen que ver con el, mido 1.72 metros y tengo un cuerpo atlético graci

ya no esta chiquita Sara Isabel tiene 18 años y es una castaña preciosa, a diferencia de Adrián ella saco el castaño de mí, pero los ojos verdes de su papá, en cuánto a altura es como yo 1.71 metros pero con una contextura normal, no es delgada pero tampoco talla grande, es preciosa, tiene un cabello

años más tardes mi suegra tuvo a Josh y sus dos hermanos, en fin. Conocí a Josh a la edad de los 23 años, no fue mi único novio pero si mi único amor, a los 25 años nos casam

onreí al escuchar la voz

cina – respondí

é a verlo después de sentir

– pregunté

firmar aquel negocio con los árabes, mi jefe me

lo besé y sus manos baja

entí sonriente – Voy a bañarme mi vi

ta – le guiñe un ojo y

carcajadas mientras lo vi

y me dijeron que no podían venir pero mandaron felicitaciones a su papá. Después de dos horas,

n un albornoz y mi ropa interior puestos, me eché crema en toda la piel y opté por un vestido azulado de encaje, hasta los muslos, tacones de agujas a juego, me deje el cabe

cuerpo, estaba espectacular, caminé hasta ellos y los saludé a ambos, la mirada de Carlota siempre me ponía nerviosa y s

go? – alcé la mi

y el vino – dije s

de vaya – me reí y asentí,

nde estaba la ensalada, que

a pude ver una mirada indescifrable en Carlota quién no me la quitab

so de las 3 de la mañana nos vinimos a la casa Josh y yo, mientras Carlota se llevó a un ebri

niño chiquito y sonreí negando varias veces -

í – le dije c

sentó en nuestra c

esados, alzó la mirada y pude ver sus ojos verdes oscurecidos, se levantó con firmeza y me alzó haciendo que enredara mis piernas a sus cader