La hechicera maldita
que practicaban lo estudiado, pero dejó de ser tan severa con las clases teóricas y comenzó a disfrutar ella
lo hasta que se fue a vivir con Gwyneviere. Así que la dejó vivir un poco. Nimh era u
lgún noble inútil o matando alguna criatura que había invadido algún poblado
bía amado la cantidad de libros que poseían, cubriendo las paredes de las torres)
ía que se habían hecho sus últimos avistamientos, antes de no volver a verse surcando los cielos. Ambas compartían una fa
to a Gwyneviere, como a la gente del cielo, y Gwyneviere le h
que significaba la emancipación de Nimh, y como se había criado
sas las recibieron con montones de comidas deliciosas y
sacerdotisas con algunas de las tareas diarias mientras Gwyneviere paseó con Tara
y al no haber aprendido estas cosas de pequeña, es increíble lo que ha progresado en tan po
estra. Eres de las jóvenes hechiceras más prominentes d
nto. Además, Nimh me superará e
s y se reunieron con las demás, que las espera
uando llegaron, le entregó un paquete, que Nimh
que hacerlo
br
e terciopelo verde oscuro, haciendo juego con sus ojos. Se quitó las ropas que llevaba puestas y se lo probó.
eda pe
Es hermoso, pero demasiado. Además
-dijo riendo y la besó-o puedes no usar nada
movió hacia su mejilla y bajó por su cuell
echos y Gwyneviere apretó suavemente su trasero y acarició su espalda, recorriéndola, y tocó su cabello, entre jadeos, mientras Nimh la recorría con su boca, hasta volver a
ere soltó un jadeo. Comenzó a bajar nuevamente hacia su pech
molesta -dijo,
su figura se recortaba en la noche. Nimh por su parte, terminó de desvestirla, con la respiración entrecortada, y cuando le quitó el vestido tomó los pechos de Gwyneviere entre sus manos y apretó sus pezones, para luego envolverlos con
ierba. La recorrió con los labios, besando sus pechos, su abdomen plano, hasta llegar a sus caderas y Nimh abrió las piernas para ella. El rostro de Gwyneviere se movió entre las piernas d
todos ellos, y luego su lengua se sumergió en su centro, haciéndola gemir. Las caderas d
arqueó mientras jadeab
sin dejar de lamer su clítoris. Nimh apretó sus paredes con fuerza alrededor de los dedos de Gwyneviere, jadeando, cuando las piernas le
muslo antes de recostarse junto a ella y abrazarla. Nimh la
*
o mucho por tanto sexo y necesitaba refrescarse y quitarse los fluidos. Gwynev
ojada, con sus cabellos castaños empapados, pegados a su espalda y
-le
etó, ni se cubri
cer magia. Eres un
y dejó de hacer su enc
sólo estoy observando. Me gusta r
as -dijo Nimh, mientras salía d
ole la espalda, pero él
tigo. He estado buscando g
l hombre era alto, esbelto, de ca
ntrar cientos de hechiceras, muc
? -preguntó
nzó a caminar en direc
s. ¿Puedes decirme
es Nimh,
que ya no lo recu
tendrás? ¿Cuarenta? ¿C
a dominar el pode
tengo una Maestr
cho potencial, te he visto rec
sopló,
Gwyneviere me ha enseñ
ha enseñ
no, no hemos
la
o que
to. Nos veremos
di
muy extraño. Nimh sent