El Misterio de Adeleine
bservo sus ojos con clara decepción en ello
r si tienes mucha más suerte que yo en esto
fortuna no llegue a irme de frente. Cayéndome soy la mejor, teng
a imitación de carroza. Recojo la tela que sobra de mi vestido p
observa pacientemente, como esperando a que deje de hacerla perder s
enso lo que voy a decir. –una lect
moneda ahí, frente a mi hay una especie de mesa pequeña donde hay una bola rara con brillantes que se mueven, bastante común, ya lo he vis
plata, quizás también da otro tipo de servicio de este est
diseccionada de lo que parece ser un
egreso la mirada a el
da a lo que creería considerando de que sí fuese una bruja. O como lo llaman para temerle menos, una médium. Su cabello es blanco, al igual que sus cejas y extrañamente también sus pestañas. Su piel ar
ira el dorso y expone mi palma. Por alguna razón, creo que debí limpiarme las manos o algo. No soy crey
dondea con su dedo
s uso curvas porque si no, se rompen con demasiada facilidad
corre mis dedos uno por uno, como analizándolos. El
narla y surcar las líneas de mi mano, que sé bien, que solo forman una letra "M" sin mucha forma. Otras líneas más parten de es
ndenada aq
osible, hacia mi pobre mano. Siento como si estuviese buscando que deci
. –hago un gesto con mis hombros, lo que provoca que mi mano
pente. Y siento como si me soltara
o fue mu
arillentas y las velas no le hacen justicia, pero es más que visible. Puedo v
aquí en adelante, son venenosas y puede
jo fuese a solucionar mi vida. Bien, vay
moverlas haciendo señas para que me vaya, solo le fal
uede
salen en verano? ¿Y que aún
osible. ¡Bah! ¡Perdida de dinero y tiempo! Ella se voltea y sopla una ve
lamente por los puestos hasta oír como una manada de bebedores grita: ¡BEBE! ¡BEBE! Me acerco, y no me sorprende encontrar a Nani
ue la voy a cuidar, se ve visiblemente borracha, pero no sé si del todo borracha. Sabe man
Ho
ntura y creo que va a caerse, pero no lo hace, la sostengo de los hombros. Tiene
ulo. Es más que sufi
ha pasado ni una hora. Y ya debemos ir nos. No le agrada lo que ella misma hace bo
Salgo de la plaza y la llevo a rastras por la calle más sola. Por suerte, la noche es joven, nadie
jar mi vestido, la resistencia se ha ido y solo queda esta niña co
–grita. –¡Te
a, hasta solo ser nosotras andando por las calles más abandonadas y peligros
o, solo ag
pone esto, ella es la prueba de que amar no siempre sale bien, pero también
do. Los faroles encendidos alumbran tenuemente, el cielo se abre para mostrarme que este
nsistencia, la mujer de servicio abre y entro con Nani. No sé sorprende de ver
sonrisa corta como respuesta, me encamino al portal de la entrada y cierro la
incipal, pero contraria a la plaza, directo a la Casa Real d
hasta la parte trasera donde hay un guardia. Este me saluda asintiendo y entro. Es una gran casa o mansión sola, muy grande para los pocos
e dejarme llevar por mis impulsos, algo que sé que no debo hacer, ya lo apren
hacer mucho ruido al limpiar. Cuando todos están aquí debo de ser muy si
iro el polvo del cuadro de la familia, de jarrones carísimos y de lugares tan altos, que solo limpio hasta donde pueda llegar. Recorre el pasillo
su esposa, esposa que todo el mundo sabe que le es infiel. Hasta la habitación de su linda y adorada hijita. Com
llo al baño y lleno sus cepillos y peines de pol
mpiezo por el baño, el lugar más fácil ya que nadie entra. Ni siquiera sé porque me hacen limpiar todo si
...
er ropa. No veo bien, no enciendo nada para no despertar a nadie y así trabajar mejor. No v
silla. Al girar veo unas botas debajo de la cama, las recojo sin agacharme completamente. Las dejo junto a la silla. Sigo recog
omo especial y de muy buena calidad. Detallo bien en la oscuridad, por suerte no he cerrado las cortinas y la luna actúa a mi favor, me percato de detalle
piel se eriza, alejo la prenda lentamente. Pero la sensación no se va, sino aumenta. Mi cuerpo empieza a alarmarse por alguna razón, y mi espalda
,
uos, ¡hasta la misma bruja! Mi respiración se hace corta y rápido. Empiezo a creer que estoy
Es de el Alcalde? Imposible, esto nunca sucede, todo es
una voz varonil y fu
rapeador, todo. Me volteo hacia el origen y ahí, bañado en la luz de la luna que de entre las ventanas se filtra.
y se apega a la definición del
quejido de sorpresa
sabía que había algu
vuelve a resonar. –No deberías estar aquí
No puedo ver su rostro, pero no me importa nada eso ahora, mi corazón va a salir
o, el cierro tan fuerte que el sonido hace eco en los pasillos, la escalera y hast
de esto, está casa no ha reci
e ruido suena, como si recogieran el tiradero que hice. Y luego silenc
ara. ¡Mi corazón! Salto de susto y empiezo a correr haciendo ec