El Misterio de Adeleine
lei
o tradicional que hay en las otras tiendas. Si no que se apega más a lo nuevo pero muy sencillo. La forma rectangular con bordes de yeso negro alrededor de la superficie transparente la hacen ver
La luz cálida me recibe y el olor dulce llena el aire. Largas mesas de madera tienen distintas cosas y artí
fleja en ellos. Nunca había visto algo como eso. El techo de vigas gruesas permite que los candelabros cuelguen perfectamente sobre el lugar. Un mostra
r el lugar perfecto para sentarse a leer. En el fondo una puerta del mismo estilo, pero más estrecha se encuentra cerrada. Al lado de la
s flotantes y de ellos se sostienen artículos y cue
medio escribir. Antes de procesarlo, mis pies van hacia allí, me acerco lo suficiente. La silla del escritorio está algo arri
cientes para l
zar de
ar todo lo que desee
tículos para el público,
veo piedras raras, cuarzos. Velas, tizas. Relojes de mano, cintas, cuencas. Tornillos y tuercas, retazos de papel. Cera de velas, tarros
ca? Aún mejor, ¿quién at
, h
iejo y pequeño sale de la puerta de atrás, la cierra s
apretar la tela de mi vestido.-Vine a compr
que quiero. Él se queda ahí sin cambia
uiera, yo...-aprieto más la tela, me cuesta continuar. El frunce su ceño, pero no me mira mal.-Yo ten
paro para que me eche del lugar y me encojo de hombros esperando sus palabras.-Puedes comprar aqu
chas gracias.-expulso con incredu
iendo.-Puedes encontrar muchas cosas que se han de tu agrado, Adelein
No, no, no! No hay necesidad, yo vine a buscar al
to de confusión.-¿
re. Ojalá sea ese, sino quedaré c
por tres.-Si, sí. Adelante, tranquila
lidad que desprende se me hace extraña, recibi
én te llevarás el obsequi
or eso. No quiero meterlo en problema
emas ni que
r. -¡Te lo llevarás como sea!-termina
a primera mesa cerca de mí. Observo como unos ganchos de cabello están unidos uno por uno a otro, uno
o la sala buscando algo que me llame la atención, pero no hay nada resaltante a simple vista. Veo los candelabros y sigo con la mirada las vigas hasta llegar a las cadenas que sostienen las rep
xcént
El agua se tiñe de color amarillo, las flores se ven recién
ella; una brújula, tres llaves que quién sabe a que puerta pertenezcan, un tenedor, dos tiras
ladamente y
tá
ntrado con su obra. El pájaro escala por la repisa y cua
.-¡Lu! ¡Ven aquí! Deja a Adeleine tranquila.-dice. Lu o como s
pequeña Lu, no te hará.-lo
ejo de mirarlo y regreso hasta donde vi al pájaro. La mesa de debajo t
ría perder fácilmente. La tomo entre mis manos y la abro. En
reci
cto. Lo retiro de mi dedo y lo detallo aún más. Es delgado, y tiene la for
na, tal vez fue un regalo o un anillo de compromiso. Tal vez se lo dio
e g
acerco en silencioso hasta mí, quizás no lo escuche porque e
de que es carísimo.-Pero no creo que pueda toma
parezca que fuera un pirata como dicen los cuentos, un pirata de alt
por ser la primera de mi bazar.-señala
Señor George, no puedo tomarlo.-digo mi
orque no tiene un cartel a fuera. Así que me senté a hacerlo.-señala el escritorio.-Y justa
rmite que su camisa de botones blanca se vea mejor. Su barba blanca bien recortada se acopla bie
able solo hace que me cueste más aceptarlo, si me ven aquí, capaz los r
go.-Sí, pero. Yo vine a buscar algo por el sobrino
toma la cajita, la abre y me extiende el an
frece. Inhalo y lo tomo de su palma. El asiente satisfecho y regre
tan extraño ahí, pero eso no hace que me guste
ntete libre de ver lo que quieras.-añade si
los estantes de libros y me que
e se oye la música del festival y poco a poco la madrugada entra en su apogeo. Geo
un lugar grande, y que vino aquí cansado del bullicio queriendo estar en un lugar más tranquilo. Le dije que era mala fech
. Pero lamentablemente ella murió de una enfermedad mucho antes de que el viniese
apel. Ahora que conozco un poco al Señor George me da
stá festividad es en ho
como un día comercial, se festeja, baila y bebe. Pero tambi
se ríe ruidosamente. Me
como arrastrando las palabras, se ve que es de muy lejo
o. Dijo que lo había adquirido en un viaje por la Región Sur donde las cosas son tan dist
uella región tan lejos, donde otro rey reina las
firme.-(...).-¿Por qué tienes prohibid
emente lo que hice. Sé que una vez que le diga me echara a patadas del
endiente de la cor
segundos, pero después frunce el
, no hay cambio, n
de la Casa Real por unos cuan
entender lo que digo. -Al menos te perdonaron. ¿Po
le aumentaron uno más. Probableme
mesa llena de cosas mientras me observa. M
star involucrada sin yo saberlo y me castigo aún cuando yo era inocente. Me hizo tanto daño en el pasado que ese día simp
no me juzga ni dice que miento. Espero que actúe e
suelen aprovecharse de
amente nada en contra de mí. Por primera vez nadie
i regazo, libro del que solo he leído tres páginas entre l
o.-Porque no lo es, yo mismo sé lo terribles que pueden ser las fami
r muchos lugares, he sido reconocido e incluso tuve la oportunidad de cenar co
hijos y descendientes de la c
al lado de mi se abre. Y el sobrino del Alcalde aparece,
me ti
a y carraspea. -
me escondo en mi libro, el anillo brilla en mi d
ión Este hacen de un exquisito complemento y acom
gar lo que Adelaida t
lo que estaba leyendo. Veo como saca de su bolsillo tres monedas
raño cinturón su pecho con muchas tiras, apenas puedo ac
cuenta todavía, ¿no es así?-me pregunta, ambos me
e tu cuenta. Gracias por el ofrecimiento, p
, estás aquí. ¿Por qué n
monedas en la mesa donde es
quiero. Pero g
díbula. Eso es señal de que está apretando los dientes con fuerza, cr
s monedas muchacho.-le dice como amabi
¿Y cómo es posible que se conozcan? La tienda abrió hace un
e George dice. -Adelaida, t
eine, Rui. Parece que no la conoces bien y ya le quie
ontengo. En pocas palabras le está diciendo que va
te por un cortejo. Es algo orientado en una recompensa por ayudar con algo. -d
s eran más románticas, menos mal es eso.
Tiene toda la razón.-me volteo y lo obse
de su boca, ante eso s
dice.-Supongo
n aquí aceite
eza a caminar hasta el hombre de la ciudad que parece estar a
al extraño de lado y lo lleva a rec
a abrirse y seis personas más entran al lugar, todos empiezan a preguntar po
clientes nos obser
Norte?-le dice a otro tipo a su la
r dicho me arrastran hasta la puerta trasera, el umbral lo paso en un dos por tres, y termino en una
arajo d
ojo no apaga mi confusión y molest
Lord y es conocido por ser uno de los acreedores más importantes de la región. T
omportamiento, todo lo indica. Debe ser una pesad
e en el río que mantuviera
o que yo, y eso que soy bastante alta. Tiene sentido para mi que huy
do, siempre y cuando tú no hables d
está vez se ve aniñ
lo de todos modos. Voy a guardar
voy a creer que es
senta. Extiende su mano y yo
y se dirige a la puerta y la abre. La luz de la luna se filtra y el frío de la noche
basura ocupa una de las esquinas y sentado al lado del bote está Hunter.
nar fuera del callejón, Hunter me es
dónd
espondo.-A limpiar, d
hasta mi y camina conmigo. -Si piensas ir por do
cabeza con confusi