Los cuatro hijos secretos del rey
e invitados de palacio, su faena habría terminado una hora ante
ayor siempre tenía faena atrasada y Maryam no tenía corazón para acabar y dejarla sola con todo, era mejor poder terminar a la hora
facilidad, luego perderán su valor y no podrán tener un buen marido, tal y como les corresponde - luego le sonreía y se di
o más adelante, tal vez con ese joven soldado que la pretendía. Parecía bueno y la trataba muy bien, pe
ver a sacarlo, porque una mano presionó su boca tapándola para que no gritara y un brazo la rodeó por cintura, pegándola a un cuerpo fuerte y atl
la sometía, haciéndole sentir más miedo todavía con el
todavía. Asad le gustaba y tal vez se plantearía en un futuro todavía lejano el ser su novia, pero lo cierto era que nunca s
esa forma sin que fuera capaz de evitarlo, mientras era despojada de su
, solo consumido por su lujuria, arrastrándola con él, haciéndola consumirse en un deseo que disfrutó y la hizo sentirse todavía más culpable por las reac
eocupó de saciar sus propios deseos, sirviéndose del frágil cuerpo de una joven sirvienta como ella incapaz de hacer algo para defenderse. Porque con l
montón de imágenes inconexas entre sí que parecían no tener sentido, él con una mujer a la cua
oso, que se desdoblara de un modo que no lograba comprender y no fuera capaz de controlarse. Un deseo lujurioso que calmó en el cuerpo
de la chica caía en cascada sobre la almohada haciendo que se sintiera culpable al ver que aquello hab
do de lo ocurrido, aunque jamás lo reconocería, porque un rey nunca se equivoca. Subió hasta llegar a esas dos nalgas casi perfectas y en
uñó malhumorado
emigos atacaban de las formas más inespe
enseñado, para estar en el poder no se debe mostrar vulnerabilidad jamás, más si ella se encontraba durmiendo, por lo que se sacó del dedo el anillo que le había heredado de
sus obligaciones y los problemas más importantes de su país. Luego volvería o enviará a alguien por la joven, después de arrancarle la virtud no podía dejarla desamp