La amante de mi marido
los mejores lugares, y actuaba con total etiqueta y glamur, que podría confundirse con alguien de un estrato alto sin ningún prob
tos, bien por la clase elitista, son discriminativos hasta con los que son iguales que ellos, pudimos haber
tación señora Amanda? -
as cosas estos días, así que bien merecido se lo tiene. Por mi
s, desafortunadamente no tengo para pagar todo, pero si mi parte y no aceptare lo que me diga, no crea que no puedo
ba empezaba a trabajar, nos atendió de maravilla y rápidamente, a pesar de estar en
ido, costaba dos días de su salario, pro se lo degustaba con tanta satisfacción,
os una botella de champag
onduciendo, debo lleva
a tus servicios de la manera en que yo quiera, porque
onroja inme
ño a sus trámites, a la peluquería, a comer, al parque, pero no pres
r- Servi dos copas bien llenas y le ofrecí una a Carlos. Aunque se renegó hasta el ultimo momento, al ver un mensaje en su teléfono en
al extranjero dejando su corazón roto, pero ese tema ya estaba superado, no tenía hijos, y trabaja para ser el sustento de su hogar,
mi punto, me sentí con la libertad de invitar a bailar a Carlos, parecía un buen samaritano, a nada le decía que no << ¡¿será que me ayudaría a esconder e
Carlos me pregunta mientras
dora, además llevaba años que no salía a bailar,
mas por encima de su ropa se podría apreciar lo bien cuidado que estaba, y su olor, no era un típico perfume de
as los dos bailábamos sentidamente, su voz er
al
a que m
intentar divertirte,
l es u
da se com
mis oídos, no hablaba de una excitación sexual, me refería a que era una especie de relajación, estaba tan sumida en la
rracha! Hora d
son casi las 9, podría pedirno
encargare de llevarla a su casa con uno de los ser
está bien m
eñora Amanda? - Carlos
Reacciono cuando digo eso y me tapo la boca con ambas manos, lo miro y esta rojo como un tomate. D
imos una muy buena propina al mesero que nos atendió, que quizás al ver el billete le provocaba darnos un
manda, hasta la
rlos, cuí
ajos fue