No soy de Nadie.
. Mientras condimentaba el pollo un olor a Menta y Dulce de Leche llego a mí, sin entender la razón de porque ese aroma me atraía tanto. Pero sentía la necesidad de ir hasta lo que sea el causante
- Dijo Cía en mi mente, podía sentir como
mos más Mate Cía, te recuerdo que c
tro nuevo Mate- Dijo soltando un leve gruñido, me p
toda nuestra vida y que por eso es tan importante. - Dije c
iempre, así que estamos de suerte- Eso fue lo último que escuche de Cia, d
celestes mirándome con cautela. Lo mire sin decir nada, Aiden me había rechazado, ¿Qué pasaría si él hacía lo mismo? Una inseguridad surgió dentro mío sin permitirme hablar, formándose un nudo e
susurro, casi inaudible,
v
a siempre estaba muy alegre y le gustaba hablar, pero ahora solo asentía o negaba a lo que le decíamos. Llegamos a su casa y nos
mi hermano mientras caminábam
la y cuando entro a la clase ya estaba mal le pregunte,
omo asentía con una sonrisa y me fui corriendo volviendo hasta su casa la cual estaba a unos poco
*
staba algo cansado. Cuando por fin llegué a mi casa, abrí la puerta frenando
o Franco en
e la manada, pero eso no me importo, seguí mi rumbo emocionado, hasta que la vi a Celes distraída caminando hacia mi dirección, dándome cuenta que era ella la propietaria de ese aroma. Frene y me acerque a ella caminando despacio agarrándola por los hombros delicadamente, ella pestañeo un par de veces y
é- Susurré
o con los ojos cerrados, sonreí y separe nuestras frentes abriendo mis ojos para poder verla nuevamente, mire sus ojos y luego baje mi vista a sus labios, acercándome de a poco a estos, sintiendo nuestras respiraciones chocar y nuestras narices rosarse, acote la poca
ra
añana podemos hablar bien de esto- Vi como asentía y con un poco de cautela agarre sutilmente su mano, notando como ella apretaba su man
me una sonrisa para después entr
in había encontrado a mi mate y era Celes, recordé cuando la vi por primera vez, con sus ojos curiosos mir