Perverso Millonario
recerlo. Sí, de seguro intenta envolverme en una falacia. Es un demente. Sollo
el peor. El miedo me am
o bajito, mis latidos vuela
jos, su acento es tan impertinente -. Deberías de estar postrada ante mí, desp
se cree e
bécil -rechisto d
gimo de dolor. Obligada a mirarle a los ojos me quema su mirada. La rabia
n secuestrador, asesino, encima un mafioso, aún as
te imaginas las mil maneras que pienso en como puedes saciar mi apetito, Lun
intento de retirarme, me lo impide lev
y la fuerza en mi escasean. Pero su agarre es brusco y solo me lastima más. Libra una mano y la pasea sobre mi mejilla
eclara como si fuera en verdad benevolente. Luego hace una mueca de desagrado, se apriet
ué
ar en par
e ni
lo va
*
o De M
de Ne
ses
y me doy un vistazo en el espejo, para el día de hoy he decidido llevar un vestido blanco al ras de las rodillas, stilettos del mismo color y escaso maquillaje. Mi cabello castañ
debo darm
empo a
lanteras. Me encamino al auto y abordo. Me meto en el tráfico tedioso, es terrible, ni modo. En la espera me pongo a escu
minutos para l
ta hasta altas horas de la noche. Pegar un ojo se me dificult
par, por todos lados. Como si eso cambi
u
co a m
s Lunita, ¿
Estoy atascada en el
nada si no puedes acom
y no creo que llegue a t
ya debo entrar, cu
ue todo v
rás qu
o. No lograré estar en la junta, al menos estaré presente para darle la bienvenida al nuevo accionista de la em
puntos, ya queda nada para que nuest
.
desde que tengo uso de razón es uno de los lugares en que me s
un beso al tiempo que me ap
esea antes de que las puer
ponder con u
, me encuentro de frente c
días,
s cafés, luego lo llevaré a la sala de
tie
; todavía no me gradúo de administración de empresas, pero mi padre me ha dejado la vacante de asistente
mujer hermosa de abundante melena rojiza, perfeccionista, y sin dej
omparten un brillo simultáneo que aviva el bu
r llegar tarde, ansiaba estar con
icadas manos se posan sobre mis hombros dejando la
ión será un éxito. Hace mucho que conozco a Riccardo, es un sujeto de fiar, benév
rabajar. -aviso, hago el amago de retirarme, su mano se enrolla
to aquí, pero importa más la unive
ritmo en cualquiera de las dos. Oye, Karol, ¿puedo tomarme la tarde li
ías, que te lo mereces, preciosa. Antes de que t
¿desca
etece un delic
do, volve
calle está una reconocida que frecuenta desde pequeña, eso me contó. También se ha vuelto mi elección a la hora de tomar café
ar millares de gotas a través del vidrio, lo vuelve un momento de calma y espe
quedo paralizada, el terror se ha apropiado de mi cuerpo y no quiero ser una víctima, un cuerpo caído. Necesi
cerlo. Me apremia a subir al auto en el puesto de
tranquilizador que por un momento
jos en los suyos tan familiares v
Ja