La niñera del CEO de la mafia.
si él estaba o no satisfecho con ella, por supuest
, ni lo expresaría en voz alta
omando la taza de café que había a un
a aprendido su lección, pero ahora, tras haberla felicita
nder, aunque ya se encargaría de eso más
amino por la estancia antes
ente lo que te voy a decir- dijo Michael a la
estado las cosas con el hijo de su jefe, estaba segura de que si no iba preparada p
viendo una foto de sus padres muertos, a
lo contrario, en el sueño ellos estaban orgullosos de ella, por lo bien que se cui
a oculta y al mismo tiempo le hacía sonreír pese a no poder ver a la
ona, pero en vez de responderle solo se aleja
su rostro era el hombre que la sacaba de
es aquí?- le p
mplemente, llevo su mano
iel, hizo que ella gimier
e habían entreabierto para besarla, fue un beso que empezó siendo suave y que empezó a esca
do sus brazos al cuello de ese odioso hombre mien
ioso y al mismo tiempo tan m
a soñando y desde la muerte de sus padres era el prim
or su cuerpo, no importaba si estaba soñando su cuerpo,
ronto tras terminar ambos ese b
susurro él bajando por el cuello de Fleur, obl
u escote, empezando a desabrochar uno a uno lo
aría que durm
or su escote, sintiendo como sus dedos hábiles empezaban a ju
ezón y el cual ya importaba por atención, el
nos en uno de sus pechos y la otra mano
hombre... - se dijo a sí misma, parándose de golpe de la c
una vez más tarde, casi rozando la hora de entrada, lo
l del día, logró encontrar la excusa perfecta
todo si el hijo del j
estar todo el día aquí - le dijo el
archarse por la puerta, sintiéndose aliviada, si no fue
limpiar toda la cocina, pese a que no era su trabajo, pero con la excusa de descontarl
a llevaría a su casa, así que tomo el q
no le importaba, no era la primera vez que ella caminaba por esas calles
n más de una ocasión vacía hacia a
s cansados le permitían, mentiras
rque quien la siguiera, tam
cruzar una esquina vio su casa
la puerta buscaba en
no es momento para qu
lso como si estás pudieran entenderle
llaves, estaba a punto de golpear l
on más fuerza, no podía escuchar más nada que no fueran los latidos de este, los
a lo único que le importaba era