No Pude Olvidarte.
an el primogénito de los Ferrer, el orgullo de su padre, la adoración de los ojos de su madre, protegido amado, había sido el niño anhelado, el hijo que siempr
era vez, su madre lo había amado desde que supo que estaba en su vientre
enido una niña, la pequeña Renata, era una niña preciosa, hermosa cabellera negra como el ébano, cejas tan oscuras como una noche sin luna, y unos ojos muy peculiares, los cuales había
y unidos y disfrutaban de las tardes corriendo en el hermoso y bien cuidado jardín, como en aquel preciso instante, en el que juntos jugaban y se divertían. Él parecía adorarla, hablaba de ella todo el tiempo, sus ojos brillaban al contar las aventuras que llevaban a cabo en el jardín, lo hermoso de su
a alegre mientras él la
e la cintura, ambos cayeron al suelo rodando y riendo de ple
e sus ojos opacaba la luz del sol. Maximiliano, detuvo sus manos y se quedó
miró con sus grandes ojos, sonro
ndo, Max. Me gusta much
quiera las del colegio son más bonitas que tú - Renata sonrió ante el
saré contigo- con
los de la niña y los rozó con del
us mejillas y sus orejas se ponían muy cal
do le dice algo bonito. Yo creo
én lo creo
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s más ta
, mi amor?- le pre
os labios con ternura, rodean
vida, o al menos eso espero- l
- ¿Qué es?- le hizo un puchero- No sé
mor mío - le tocó la punta de
está matando, muero de ansias- él no pudo menos
los lugares adecuados, lo cual generaba en ella unas delicadas curvas. Sus hermosos ojos seguían tan expresivos como siempre. Claros, transparentes y realmente bellos, traslucían luz, bondad y espera
enata era para él, lo que muchos llamarían el amor de su vida, la
ismado en sus pensamientos, su mirada parecía le
il cargado de adoración y pleitesía, ahora con un amor juvenil, ardiente y desesperado. Anhelaba con desesperación las horas a su lado, er
a, sus brazos la protegían, a él acudía
a le hacía ver unos hombros cuadrados, un cuerpo bien formado, gracias a muchas horas de ejercicio, sus manos qu
x, sabían desde Siempre cuánto se querían. Maximiliano tenía unos once años cuando le había asegurado a Edwar Evans, que el sería el esposo perfecto para su adorada hija, le había prometido que se convertiría en un hombre de bien y muy
ue serás un buen e
tura esposa. Ante los ojos de Renata, Max sería un bu
nos, quiero que disfrutes de
y la tía Carlota, todos reunidos, se habían preparado para recibirlos y estaba hermo
milia, con los que creció y siempre fue feliz, la reunión había marchado alegre
y elevó la voz llamando la a
mi Renata, amor mío, ésta no es una fiesta común, quiero hacer de éste día el más espec
mi amor?- le so
er hacerte muy feliz a ti también- se hincó, poniendo una rodilla sobre el s
boca para apaciguar el sollozo que escapó de ella. Observó el hermoso anillo de compromiso qu
bajaron por
que sentimos, amor mío, dejamos lo
uiero- respondió ella para luego ver como él se ponía en pie, ella se a
comenzó a aplaudir y felicitar a los nuevos prometidos. Max, extrajo
l mundo. Y, Maximiliano no podría ser más feliz,
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SES DESP
a se adhería a la espalda, la frente y las mejillas, su corazón intentando recuperar la rítmica normalidad de su corazón, sus ojos brillaban con intensid
res la persona que
lado- sonrió mirándolo con ternura - nunca he Sido
ti, amor mío
ndo el contorno de su boca, con dedos te
labios uniéndolos con ternura-
eran tiernas y pasionales, cargadas de la mayor ternura del mundo, la fusión de do
pió el beso, sus ojos adq
Prin
debes saber- dijo con t
no de expectativas, a la espera de una respuesta, imaginando
aría feliz, un hijo sería la más tie
iz, Renata, pero si no es
él se tensó y la mir
e hablas Renata?, no lo comprendo
e intercambio, me han otorgado una beca. Sé que no te agrada l
nata- gimió él, con oj
con ojos suplicantes- quiero hacerlo realmente, am
ella lo miró en silencio l
cinco a seis
removiéndose incómodo- es muchísimo
bajó l
as mi esposa-
cho lo que te pido, pero vendré cada vacaciones, tú también debes venir a
n ti, Renata!- gimi
pueda- lo besó en los labios- te lo juro mi amor. Podremos con ésto. Es una oportunidad de oro y antes de que lo digas, sé que no necesito una bec
on mis decisiones o peticiones. Podremos con esto, mi amor- la abrazó para darse ánimos - se