Volando sin Alas - AL BORDE 1
costumbre. Mi sonrisa parecía ser pegajosa porq
s días
camisa
en huele
saludar a mi jefe con e
de mi último perfil. Lo revisó y che
nueva de un paciente categorí
éndome realmente incómodo– Quiero decir... Usualmente tengo uno o do
con una muy buena posición financiera porque era la categor
ado porque mis pacientes, o sus familias quienes son de hecho los que me contratan
a no sólo buena, sino el triple de lo que t
de archivo de el paciente y no dudé e
al– aseguró y yo no pude más que asentir con seriedad–Te recomiendo discr
mujer estaba poseída? El doctor Saenz nunca daba un consejo pe
hivo pero no me fue posible puesto que un par de mis c
sonreí. A su lado estaba Paco, su no
e no venías– ase
aseguré y sacudí la carpeta nueva– Ahora tengo una más, categoría 8, y eso q
reconoció y yo reí, mucho
Paco– debe ser alguien i
antes de mirarse entre sí. Intercepté el gesto por lo que no pude evitar preguntar– Su padre me pidió a
o...– mur
que no entendía. Ella pareció apiadarse de mi ignorancia e iluminarme un poco– Lía es una abogada de renombre que se ha e
i nada de malo. Por lo
r dinero, como la mayoría de personas exit
é para ella, el año pasado. Apenas duré dos semanas– levantó
an ma
nena!–aseguró y yo ab
cía?– pregunté de in
da así que no
as que quería
lo dijo!–ase
ido– afirmó Keila–Ti
a– aseguré sin entender el por qué sus opiniones a la vez se contradecían– No lo sé, chicos, no quiero juzgar. Voy a atender a la señora Lía Cla
n cuento, principito– se bur
sus hombros
con esa perra bruja– dijo
portancia y caminando al
udé mientras abría
adre?– sonreí contra el aparato–
ecordé con tranquilidad escogiendo una mesa vacía al
ía regañarla desde el fondo. Eso me recordaba a casa, por extraño que
o cedía no dejaría el te
asiado enérgica. Creo que llamaré a Mae más tarde para saber si los es
daba un mordisco a mi sá
en la iglesia a l
pude evitar carcajearme. La gente me miró
tú también estás invitado
Será veinticuatro horas al día– dije sonriente con mi buen
bajo, niño– dijo con reproche
ye, diviértete muchí
con consternación y no