Cuidarte el alma
to lent
un reloj en la pared
anco de madera con las cabezas unidas y más a
esos en el aire, palmaditas en la espalda, en los hombros, hasta en la cabeza... P
uestión es que ninguno de los que han venido a despedir a papá, es alguien significativo para mí y dudo de que l
ro la horda de ancianitos del hogar y los parientes que solo se ven en bautizos, c
o rápidamente y vuelvo a t
ya
a,
y lo veo. Duerme, igual que yo hace un momento, y su cabeza cae hacia atrás de modo que puedo ver su barba crecida. Los incipientes vellos entrecanos brillan bajo la helada luz del recinto. Ahora
bre hacerlo. Sonrío mientras me incorporo despacio, apoyando mis
o de personalidad. Es atractivo, sí. De hecho me impactó
qué me gusta tanto hacerlo, y él arruga la nariz. Sus manos d
o, lo sé, pero se lo ve t
a con tanta mala suerte, que uno de mis p
as. Ahora no puedo quitar la mirada de... el aro. Ahí está el muy descarado, muy cerca de donde jamás d
i me mata del susto cuando por segunda vez en menos de veinticuatro horas, atrapa mi mano y la aprieta. Op
mi pendiente. Lo levanta y lo mira alzando la
palma, y lo colo
la obviedad del doble sentido, pero no parece cohibido. Sonríe y acl
de que también mis orejas, así que me lo guardo en el b
ulo ha sido la tónica
o otro de estos inci
estaba desierto, solo está
que no hacía pipí, así que me descargué con ganas. Mi protector diario era
ro la noche iba a ser muy larga... No lo pensé demasiado.
cado fue
larga aire caliente. «Secamanos» que le dicen, pero a mí me sería útil para secar otra cosa. Mientras tanto,
cuando escuché a Andrés a
la, ¿to
Hasta ese instan
ondí con la voz ahogada.
quiero c
tes íntimas mojadas y expuestas, intenté subirme las bragas pero
a puerta, moviendo el p
esta puerta ahora, la a
la puerta unos veinte centímetros, y asomé l
nsabas que podía esta
sí que la satisfech
Pensé que te
ma que no supe si gol
e, y eso no sería lo más grave porque la puerta me cubría dejando a la vista solo mi c
ja de vergüenza. ¿Habrá visto algo
Si tenía dudas sobre mi estado de salud, mi loco comportamiento
moral por el suelo. Si algo vio no sé le no
ntar recuperar mi pendiente de esa forma! ¿Y si
s para
consabidos movimientos que in
dónde, y todos caminamos al cementerio. Queda demasiado cerca para un despliegue de vehículos
cajón donde descansarán los restos de mi padre,
nte, y me acaricia el dorso con el pulgar. Muy a mi pesar soy consciente de cada movimiento, y las emociones
na niña, sola, desamparada y triste, porque por fin
ene de Andrés,
de que él te
iempre tiene listo para mí desde que me he convert
la decisión consciente de cerrar este dolor
risa y me su
vida me espera a trescientos kilómetros
os, así que nad
on mi viejito bien cer
ambién ten
♡
e de regreso, me sorpr
ue César podrá seguir formando parte de mi v
vez en parte. Pero creo que más tiene que ver con darme cuen
horas en el negocio. Y últimamente era la descarga que necesitaba de cuando en cuando, para evi
s bastante bueno y no significa un pe
o y
a esperanza de tener algo con Andrés. Sí,
res la cornuda o eres la amante.
sa? Amistad, por
. ¿Y e
l relacionamiento de un hombre y una mujer. Me gustaría conocer a Andrés, pero en serio. Ojalá podamos continuar esto. No tengo
able es que todo se termine en el estacionamiento
a verlo me altera. Él me altera. Y
ma las riendas de mi vida, y enc
a potestad de marcarme el rumbo. Lloré cuando él me lo dijo, comí cua
eguntas porque él
la nariz a in
ud solidaria, pero no ese velado intento de control que yo alcanzo a vislumbrar. Tod
n el
quizá sea así, pero no me hace cas
sisto tercamente, pero
a mano en el brazo
ras, Andrés. Voy a conducir
s can
tamb
cabeza. Se arrima al borde de la ruta
amos por delante del coche y por un momento nuestros ojos se encuentran. Le dir
la risa. Ya le voy a enseñar yo lo que es
ongo el cintur
¿Así que esas tenemos? Voy a dar una marcha atrás tan ráp
r me encuentro con la sorpr
o la veo enganchada en su dedo índice, que me muestra sin ningún pudor. Ni siquiera se
. Y cuando finalmente llego a él, m
do la mano, mientras muerd
forma desarmante, y
os bolsillos delantero
ro no te lo aconsejo, ya que hace exacta
ete horas que
. Lucho con las ganas de reírme, de ve
Y finalmente exploto. No es una franca ca
Pero él replica algo que... ¡Y la forma en que lo
osa cuando
te, mi risa d
ya
vaya
e no lo expresó de la forma tradicional, con los signos de «linda» y «sonrisa», sin
y él lo supo. Sonrió sati
o este... Y lo peor de todo es que no adivino
sitos serán así de efímeros? Me muero de gana
ompañante y me pongo el cinturón. Él también se sie
rse llevar no
omovilístico, o es una metáfora. Y si es est
do la radio y me acomodo para
taba! La guind
ener algo contigo...», canta Vicentico. Ad
ar mi actitud con respecto a los hombres
siempre. Y que e