El Diario de Romina.
marz
da Mo
e venido con Tadaline quien, amablemente, pidió batidos de chocolate y gallet
ma, si
ntal en; si acercarme a tocar y preguntar si se siente bien o só
que le
aquí sola, te voy a relatar lo
... pint
las clases en el insti
mo
llado en una de las duchas del vestidor de chica
ador.
sca que resultaba la situación por la for
que me había dado el recorrido por las in
na ocasión, pero ella sólo miraba detrás de mí, nunca a mis ojos. Y yo hacía lo mismo,
ratado con ella lo sufi
ltiples golpes en su cabeza y puñaladas en el abdo
imaginarlo. Alguien
medio de ese tumulto de personas que se reunieron a su alrededor como si fuese el mismo mesías, podr
de mí sí cree lo que el
nteojos en lo alto de su cabeza. Contó que estaba castigado y debía hacer limpieza, por es
conserje. Él llega antes que nadie, inclu
esperó a que alguien más hab
es po
ué la escogieron para llevar a cabo tal atro
rma vino
deslumbrantes ojos verdes también. Ojos que le fueron arrebatados. Quizá luego de ser ases
ya no le sirven de nada. Ahora
dría ima
y puede esparci
lla en autobús) el lugar estaba repleto de
l cabello amarillo y lucía cansado. Él se adentró directamente en la escena, seguramente para ver c
muy en el fondo tenía el deseo de escabu
ve que desca
sin más
, tenía que aprovecharlo. Pensé que podría iniciar co
l segundo ac
n el mismo ánimo con el que in
s teng
por su ventana pude verla. Tenía un cigarrillo entre los labios y llevaba su largo cabello negro emp
que veía
ndo el vidrio del cop
rme, luego suspiró y retiró e
a casi afligida mientras expulsaba el humo p
un funeral. Lo usual, claro, pero no me explicaba sus cabello mojado y er
arme reparé en las
e la ventana para abrirla un poco y poder respirar. Sentía que el humo
partícipe y una sonrisa que se me antojo involuntaria se deslizó en sus labios, como s
z baja y le dio una última calada a su c
nada al
nocías?
eado presionando el volante con fuerza. -¿Te parece si nos largamos d
en el hombro. Una sonrisa ladeada se extendió y por prim
ás, quedé de verme más tarde con Ad
traña sensación me recorriera entera. Recordé lo de sus pro
que él es alguien de pocas palabras, y n
ue eso quizá
ro de mí qu
. Sus problemas familia
mos a dond
sa. Cuando salí mamá estaba despierta y sobria, eso es peor
fue un leve balbuceo, pero Tada no le tomó import
xa
fuera despacio, había policías cerca, pero qué más daba. Una chica loca manejando fuera de l
ngua y sonreí al senti