El Diario de Romina.
marz
da Mo
l pasado e
pesa má
r dentro de una caja cerrada herméticamente. Las pa
s dominan e
s me nublan
ra poder gritar, tengo
á cansada
i madre me rodeó con sus brazos fue para
eso me
o en una repisa. Un adorno muy cerca del borde a punto de caerse. Era lo mismo cuando era más pequ
a es
tá una
todos los labores domésticos antes de que ella regrese. Las clases en el instituto fueron suspe
, escucho la puerta de la entrada y los pas
a la consigo
re. Tenía un moratón en el pómulo, al día siguiente noté que había
. Distante de lo que solía ser, cuando
so murió co
iencia s
o o
ro que
en la puerta, como de costumbre. La madera del suelo crujió bajo mis pies y dio anuncio
el eco vacío de la
e un gran error comprarla en un precio tan ba
inyectados en sangre y no hacía falta detallar demasiado para notar que no se
alcohol, cig
a, m
olegio hija? -preg
bía sucedido. Tampoco que nos había
al yo le importaba una mierda. Ella me lo había gritado much
on lo cual distraerme e ig
bía vuelto a ser la misma alcohó
se a subir las escaleras, per
labios a la boquilla de la botella y s
auto
frase. Salté en mi lugar. -Me avisaron del instituto que no h
aprovechó para bur
nas y tú, cómo la zorra que eres, se lo permitiste? Así como Pet
no pudo notar que la perso
su cabeza contra la escalera, hasta romperla, despedazaron mi interior. Qu
pudiese enco
olo. No tenía fuerzas para pelear con ella, Moon, siempre era igual
e salía p
e pareció cobardía.
la de estambre en las
a que sentí como mis uñas se enterraban en la carne blanda de mis
Calma...
a mi fuerza de voluntad para no gritarle en la cara que si yo era una zorra ella lo era el doble, quería gritarle que la odiaba, que por
ma... Respira.
me hizo pararme en seco, sus uñas largas y mugrientas se clavaron co
álico se fundi
úpida mocosa -siseó con los dientes a
fav
no explotes, no explotes
epciones. Tienes suerte de que no te dejara en aquel hospital -sus palabras fueron como un cuchillo co
unque sus palabras dolían
un maldito estor
lo pud
había cansa
endo que sus uñas rodaran en mi pie
adicta al alcohol, que no esperó nada para volver a ser la misma alcohólica de mierda que siempre fue y ahora quieres que yo pague eso. Quieres que yo pague por tus errores, que asuma la responsabilidad de tus acciones cuando tú eres la única culpable de todo lo que sucedió. ¡Quier
i propia sangre. Sentí el
bien desahogars
o único que te
a última
a de madre -esc
habitación con las lág
vida de m
lo tengo a é
go una madre
i vida, jamás tuve una infancia fe
ida pasada y lo es
iene que s
bará p
que má
pre tuya.