El Diario de Romina.
abril
ida
do con monotonía y mis
l ins
mis t
etrás de las gradas (Sí, éste último ya regresó, casi como por arte de mag
piel pálida. Y su sonrisa era la
de mi voluntad para
r úl
r a mi
caciones así que ya estamo
r tanto algo. ¡Yuju
obillo derecho, es un ruiseñor y tien
tante
n especial. Eso dice él.
on el signifi
mo lago de la última vez y Adri
igarrillos y galletas con sabor a fresa para e
orilla a conversar
rí por qué viste
También descubrí que le gustaba cantar, pero desde el fatídico suceso dejó de hacerlo. Po
cuándo
uestros vasos de plástico con jug
e que la vida era una total mierd
fondo concordab
irando en redondo su vaso de plástico, con un
vía el estómago al mirar mi propio vaso de
gusta el
é crees
ac
lcohólica es sufi
la, la forma en la que el líquido bajó dolo
mismo al que le gustaba Michael Jackson. El mismo a quien no le d
tro años m
e refiero a
ste de los escenar
n, está
dad suficiente para beber, por eso me
horr
omarlo tanto cada fin de sema
zul oscuro brillantes y una sonrisa malévola e
lce conmi
yo tenía quince años. Él era mi mej
nada. Si no te gusta t
do hasta
la botella a los labios. Me arrepe
i alma cuando mam
bor del whisky, en algunas ocasiones regresa la misma s
ción de estar ebria, pero soy consciente de
bien c
con mis padres desde los seis años. Lo conocí una mañana soleada de octubre, caí sobre el césped
guitarra que perteneció a su abuelo. Él era realmen
s amigos d
a extraño verlo entrar por mi ventana.
especie de luz
s padres peleaban o no p
pre est
a noticia de que había muerto se
evast
la sensación de v
he superad
en abandonarme. Y una parte de mí
brio la noche
s para odiar
o tuvo oportunidad, murió antes de que llega
iecinueve y los te
ón al cigarrillo, o que tomaba su peso en alcohol los fines de semana. O que dormía por las noches en mi cuarto y yo me
do con orgullo y yo no s
o por un auto o quien me decía que todo estaría bien cuando no quería ir al colegio porque me
n para siempre y que debía llevarlos en el co
un puñetazo y lo haría callar, luego lo
ue a él le hubiese encantado cono
s
basta de
la notici
go e
enfoque en conseguir uno y Adr
una buena mane
duc
alds, serviré helados, estaré fuera de casa el mayor tiempo
no lo cre
a su
amos al local Adrien y
ado de vainilla, Tada y yo conversamos con el hombre que ahora es mi jefe. La chica que atendió a
iolenta, pero ganas inmensas de sacudirla y gritarle
me co
mbre de mi jefe) él tomó la mano de Tada y
necí mirándolos r
pregunté... Al meno
siento" o la suavi
po por la confianza con la que interact
tió en su dirección con expresión vacía. Garret ni se inmutó, supongo q
freció helado y terminamos sentadas en la mesa junto a A
alimos le dol
tacto cada pocos minutos, me sonreía y el calor envolv
un remoto momento deseé ser ese hela
Moon. Creo que me e
me gusta
a que no me debo permitir. No
o ordenar
por qué me
pre tuya.