El ángel en la casa
os por la falta de uso de ungüentos suavizantes. Amanda abrió los ojos al senti
la sujetó del hombro, impidiéndoselo. Un suave
uido, es mu
su vida ya no era tan simple como lo había sido antes de la ceremonia. Sus sueños le habí
é oc
aprovechar que to
idad y comenzó a vislumbrar el rosto del muchacho. Estaba muy cerca del s
nde quieres ir
estarán durmiendo. Por eso d
la mañana un domingo; sobre todo después de su fiesta de cum
r los eventos del día anterior. A pesar de haberse retirado pronto, con él
a el conforto de sus sábanas cua
con un tono de impaciencia, le llegó ahoga
itación estaba en la azotea y era poco probable que los oyeran, incluso, a esas horas, cuando t
la educación de Callum había sido aún más escueta de lo que había sospechado el día anterior. Las nociones sentime
antescas puertas de su armario. Estas chirriaron como una anciana q
o tranquilizó mientras seleccionaba prendas cómodas para
r la habitación para abrir una rendija entre las pesad
se había instaurado tímidamente y ya no era noche cerra
hada. Ahora que la luz la hacía visible se sintió incómoda y co
os hinchados de adormilamiento, le daban un
agachaba para sujetar el dobladillo de la c
ay ahí
ado del bastidor, la hizo dar un sa
e espetó ella, y con un ade
ruzó los brazos sobre el pe
¿Qué está
ta oficial y en lugar de poseer a un siervo a su servicio, tenía a un
a a cambiar
ondió para hacer tal cosa
cos descerebrados. Válgame la r
hay? ¿Qué escondé
desnudo, pues la fina camisola de verano no suponía un verdadero obstáculo. Ella enrojeció
a o me toques como lo has hecho antes -explicó
o en el eje del biombo m
entendiendo el mundo que se ocultaba tras las p
la cama, dejándole la poc
entender cómo funciona el mundo, es decir, todo aq
dos los cabellos rubios de la cabeza antes que permiti
bro que tienes aquí -
o del cajón de su mesit
mo
. La idea de que Callum leyera la obra de Lewis cuyo personaje, el monje Ambr
observaba con ojos como platos-. Más tarde te traeré uno de la biblioteca
e en su mesita de noche, deseando qu
da -se burló él-. ¿Ya está
cer ruido cuando pasemos por el segundo piso. ¿
s con telas azules. La sala formaba un semicírculo en un extremo, aquel que estaba cubierto de cristaleras permitiendo el paso de una gran cantidad de luz del exterior. Las paredes blancas contrastaban con el azul y la
ervando las distintas herramientas dispuestas por toda
onrisa ante la forma en la que lo hab
hacerla sentir bien; y aquella ocasión no fue distinta. Él la observó con el
-inquirió, tras carraspear y e
rficie para después deslizar sus dedos por la oscura madera ribeteada de las patas. No contento con e
antar la mesa utilizando solo un brazo, pero estuvo a pun
apartándose el cabello de los ojos con un mo
pieza no la ha
espetó ella con gusto-.
on claro escepticismo y ella compren
algo tan perfecto sola?
su mente era la palabra que había utilizado para describir su trabajo. Lo había
lo que hacía, y había logrado vender innumerables artículos a precios des
a es más podero
nteligente porqu
una mano y con la otra le comprimió el bí
piel de su brazo mandaron oleadas de cosquillas a su pecho.
que la estaba tocando de nuevo y la soltó de inmediato. Después se arre
exionándolo para contraer el mú
za. Comprobar cómo algunos de esos rasgos se cumplían en Callum era fascinante. Ni siquiera había sido criado por hombres, pero repetía l
historias horribles sobre su especie la golpearon aterrorizándola, poniéndole la
fin, cruzándose de brazos-. Además, tus preciosos
s ojos. Callum regresó a la mesa y se dispuso a levantarla. Logró hacerlo soltando un rugido que la h
se limitó a sonreír orgulloso de su
ntratado! Puedes ayuda
ue hacer muebles
ño. ¿Cómo explicarle lo que sentía cuando estaba rodeada de madera? Cuando modelaba la
scinaba la manera en la que la madera cambia de una pieza a otra, como si tuviera su propia personalidad. Es difí
ematado en asientos, con hombros alicaídos. Por alguna razón, to
tás
sta-. Soy un siervo, pero, ¿y si quiero ser otra cosa? ¿Qué ocurre si quiero ser médico? No puedo porque soy un sie
enzó a limpiar la silla en la que habí
itía acudir a la Universidad y estaban relegadas a
dió los labio
espués de sopesarlo por un instante-. Esta vez amb
después de descubrir que los habían mantenido en ese estado durante tantos años.
que compartía sus opiniones y que sus planes eran los
viemos e