La catedral del placer
amuel? -pregunto sin dejar de mir
prefiero quedarme -sisea cruzan
su
inventar Claudio y no puedo creerlo. ¿Acaso se volvió loco? Si
s -intento h
ex -arregla el m
hablast
o lo sé. Y yo tamb
y nada que de
se da la vuelta para empujarme hacia atrás por los codos y
enfadado, no entiendo por qué -.Estoy
so seguro de mi casa. Me pongo un albornoz
o? -murmuro a la mole q
dos días con él y no te aborda, ne
no soy una puta,
ablemos de
r y gritarle que soy una maldita víctima de
e cl
nuestro vuela con ustedes, no sabrás quien es de momento -explica de carretilla
los ojos –. Me pe
e ese viaje con algo, aunque sea un beso. Pero
ke
tenía previsto sobre la cama y cuando abro la puerta para bajar, tengo a Samuel nu
l insoportable. Este hombre ha pasado de igno
o de ellos me conocía y no dudó en aceptar las ofertas de mi jefe. Eso le puso conte
lmorzaría con nosotros al día siguiente, nos invitó a uno de sus clubes en la.noche y esos n
nuevas y el nuevo itinerario y tras felicitarme, me deseó una e
sto ese biqu
ras tomo el sol de la tarde en la piscina. Decidí r
l. Eres casado, yo tu empl
nta a mi lado, me quito las gafas de sol, dejo que vea mi cul
pués le tengo dent
feliz de verlo. Si no fuera por lo que es, me sentiría aco
agua y sé que se refiere a que no es
cuerpo tan
n sus hombros para intentar que
or
s ca
na relació
cuenta lo receptiva que él me encuentra, e
no me ape
-coquetea y me
S
en cerca? -se pega todsvia más a mi y me tengo que agua
orporal que no controlo. Es como si me dijeras que tienes una er
engo
as
ontrol, no yo. Al menos la intención de Claudio está surtiendo efecto y estamo
ena - susurro acer
ana y la forma en que enfrentaremos el hecho de que me g
norar todo lo otro...y las maripo
e la poli). Donde quiera que paso esta él, todos los sitios a los que miro me lo encuentro y cada vez que nos sostenemos la mirada res
esta soportar el calor que produce su forma de casarme hasta que siento que me toma de las
as mete las manos bajo el borde de mi vestido.
amos hacer nos
s como me gustaría que fueras mía para impedir que
idió, los besos permitidos, cada jadeo involuntario y las sonrisas
un dedo pasea por la
ame S
-la voz se me vuelve un gemido y los ojos se me
e preocupa e
me hacen sentir sus manos en mi pi
ada entre sus brazos. Es demasiado intensa su forma de atra
a. No puedo dejar de pensar en ti -pasa su mejil
dedos tocan los pelos de su nuca y gruñe -
ategia efectivamente implícita en todo el coqueteo o de la verdadera atracción
lgas, aprieta por encima de la tela y
o siga -mient
ténm
. Con ardor, furia y g