El desfile macabro
Y
a. Estiro la mano y tomo el
amos a com
a de Sonnet éramos muy unidas. Los tres íbamos a la Secundaria Onírica, lugar al que
nto... ya ten
a... ¿qué va
rsidad a la tarde, todav
uila, nos veremo
e tengo que
do en adoptar
No quiero decirle que saldré ya que ambas siempre hemos criticado estas aplicaciones
anzando, se ve todo más ordenado y lo van organizando, poco a poco, en progr
hacia la alacena, la
da para d
mprar pan. -Mi padre se rasca la
ma el hambre en las mañanas y engaña al estómago hasta el almuerzo, la mayor
nidos presentes son el de los papeles que se mueven c
vanta l
n hablamos un largo rato -dice, pensativa-. Tal vez vayam
o. Siempre intento parecer desinteresada y evito que los movimientos
ermoso, pero algo no se siente bien. Quinn está desapare
lular
ensaje
el estómago. Sonrío, pensando
l nos ver
plan sig
a trabajar. Él es mecánico automo
egas hoy? -inte
rabajar en un proyecto
-dice ella-
razón, se dura más de lo usual. Siento su aroma flora
-afirma tras
rsidad. -Mi padre me besa la fren
dero mientras observo
rando a su hogar c
ecesitaría e
saluda con la mano. Miles de pensamientos pasan por mi mente, pero intento calmarme. No puedo empe
nstante batalla de pensamientos y sentimientos. Ese señor, Ga
n lo que me llega un n
y si voy a vi
star juntas un
te vayas a la
ro,
pensar que mi vecino tiene a Quinn encerrada en el sótano o algo parecido. ¿Qué tan posible sería el hecho
estup
a asquerosa intriga no podré hacer nada al respecto.
a casa. Pienso en el gran alivio que me da el hech
alejar mis pensamientos de la cita d
el t
r. La paranoia me está afectando. Serina
a-. ¿Desde cuándo te
brir la puerta, y le d
olor café claro y ojos almendrados. Caminamos a la cocina y comemos el delicios
pregunta, preocupada, y me da una pincelad
. -re
he visto varios en la calle el día de hoy. -Está pensativa, es
que ayudar
forma sospechosa. No es buena idea crear chism
charlamos de la vida, comemos, y sal
la trama junto a mí. Pienso en cuándo me llegará un nuevo mensaje d
tiene la cabe
ele? -c
duele la cabeza o me mareo ligeramente. -Ella tiene una media
r vasos con agua-. Si n
¿no te volvió a hablar
. ¿Por qué
ría por qué hablarme de nuevo,
o -concluye Serina-. Qué bie
rlo -confirmo-.
mi ce
ensaje
in que Se
me estoy al
tamb
veo la hora. ¡
casi me te
dad también -comenta y se levanta. V
Sonrío y le d
, me hacía falta tener este t
s desde la secundaria. Ella ha sido muy buena amiga, siempre me ha brindado apoyo en las buenas y en las malas. Está en todo tipo
na blusa de color violeta y una falda blanca con negro: mi favorita. Me arreglo un poco y me col
ntamente con la presencia del inicio del atardecer. El firmamento se llena de un color naranja espectacular. M
uando estoy por lle
a lleg
ca
amente. Mis ojos lo buscan por doquier, aunque
e la ciudad, algo cerca de la plaza comercial. La puedo ver desde la ventana. Más allá, hacia el sureste,
en otro lugar, las dudas inundan mi corazón y, sin querer, mis pen
ta, inteligente, seguida de su sonrisa maliciosa. Su cabello negro, casi azulado, está peinado h
muestra una cálida sonrisa. Sus
a que vería cientos de