Game Over.
a
caño, pero estoy bien. Enviaron una ambulancia e hice sonar la siren
al tu
rio, no recuer
s de la tumba, pero no mueras antes, porque so
r lo que encontrará
rita un emo
o cuando me rodea por los hombros y
l-. Estoy seguro de que no me llamo así. Mi nombre debe ser extrañamente espectacul
sostenemos las miradas-.
í para que avancemos. Estam
ombre es extrañamente espectacular y de ori
Ángel. -Hago un ademán a mi rostr
ejo desde que pedimo
por lo menos un 8. -No acepto se
mi camisa y meto ambas manos en los bolsillos delanteros de mis jeans antes de
s y me escanea co
a vuelt
e dice, pero lo señalo co
se te ocurra tocar. No quiero tus hue
rente a un local de salchichas alemanas como algo normal, pero c
o que es normal en este punto de l
erda lo
-Suspira a mis espaldas-. O sea, ¡échale un vistazo a esa retagua
llamo
, ¿por qué estás tan seguro de q
azowski», obtiene la forma en que n
se combinan con corrientes de viento tumultuosas y tampoco sé que el aro de aire alrededor del torbellino alimenta el oxígeno fresco. Y, por supuesto, qu
clima con mi erección matutin
meto al pasar las manos
o r
jera que no volve
imiento y señalarnos al mismo tiempo. Nuestras mentes
recordamos
losos. El hallazgo es motivo de festejo hasta que lo siento tembla
, ¿est
-Su respiración es cada vez más rápida cuando se limpia el rostro con el
sé qué está buscando ahí arriba. No va a
... Me dan ganas d
isney. Ante la mínima oportunid
mpió con Rilton hace dos semanas, se convirtió en un libro de aventuras con pies. Si me viera en este estado, no
de un cáncer de páncreas y nuestro padre lo siguió cuando éramos niños
n dolor en el trasero ocasional, pero la primera siempre se controla cuando la necesitamos y la seg
ería invencible. Y dado que ambas toleran el alcohol de una forma anti
o a mi
sacar tu lado más filosófico, e
u abuela -coincide m
noces a m
estés extrañando. -Me da una palmada en el hombro con u
y subo los escalones hacia la puerta de mi edificio-. Mucho alc
intento de hacer reaccionar a las neuronas que aún me queda
ero la receta. La necesitaré p
demán para restarle importancia-: ¡Ya lo sé, ya lo sé! Debo enviarte un mensaje cuando llegue para q
a Inca y le pone a su hijo Inko?-. En fin, si quiere puede enviarme una señal de humo o una paloma mensajera, p
cil, pero
l lunes, Brevis. Que
cen dos personajes y luego los fanáticos no pueden parar de repetir. El «¿Después de
unas líneas al trabajador municipal que conduce el camión de la basura y se sonroja al oírlo-. «Last night you were in
ena fa
Sheeran, por supue
ve
os nombres esta noche -a
as suspirar con pesadez, empiezo a reír
enía su primera cita luego de una dolorosa ruptura que lo dejó con visitas regulares al psicólogo. Lo más probable es que se aparezca s
de los Denver Broncos, así que lo oprimo, aunque me arrepiento al instante porque debo vivir en el 12. Ese es el número de la estrella de los Buccaneers. O
? Porque demandaré al fabri
minar más allá del
Inko una vez que logro hacer memoria. Luego
nstein,
e pago la mitad de la renta, creo que fue más un plan de negocios que un favor desinteresado de su parte. De igual manera
idiota las rellene, y el único idiota que vive con ella soy yo. Lo único positivo de vivir con un hermano es que ambos podemos enviarnos al diablo sin problemas. Con un amigo intentaría
es a
ies que, a pesar de haber bebido más de tres ce
pero no me esperaba esto. Al entrar, empiezo a desabotonarme la camisa y cierro la puerta con el ta
cercano y divisar un bulto bajo una manta-. Tenemos que trabajar en esto, ¿sabes? Estoy cansado de cargarte hasta t
inmuta. Hago una sentadilla, paso uno de mis brazos bajo
o in
a pesar un anciano de setenta año
ndo tenía quince. La primera vez que la cargué hasta su recámara fue cuando su primer novio la dejó y se cansó de romper cosas en la casa. Se quedó
ente, pues se negaba a compar
Porque puede que no haya mucho en la nevera, pero aún tenemos lo
babea los sillones y, cuando le duela el cuerpo, me arrastrará a una clase de yoga para no ir
en cerca de mí antes de q
grito. Y
gri... ¡Mierda! El señ
ue sí pesaba lo mismo que