H de Harry
ÓL
espuesta es un, rotundo y perfecto, no. Com
traduce en: muy pocas veces y solo con
os no tropiezo con mis propios p
ta. No me haré la intere
esta una preg
oy cuenta de que sí.
ntida?
stoy buscando respuesta pa
? Desgraci
no. Tan verde como un m
ra califico como una persona responsable, soy todo lo contrari
frecuencia, ni mucho menos ando por la vida drogándome; pero puedo decirles que
a mi pesar, me doy cuenta de que no soy la mejor perso
nsabilidad. Si no puedo con mi vida, ¿cómo se supone que pueda con dos? La
as son unas seri
seré Kaethennis la responsable, la mujer, la seria... ¡Ja! Todo esto con solo
Aprenderé la lección, me volveré una mejor persona, única
julio
madre al llegar a la
a en un absoluto e incómodo
degustándolo como si en cada cucharada probara pequeños trocitos de cielo. Tenía tantas ganas de comerme este helado, quizás es por el hecho de querer creer que comiendo helad
mi mente empieza a recordar los sucesos que me llevaron hasta aquí, no hago más que pensar cuán estúpida e inmadura
mbula por los episodios que me llevaron, o
dos por los de Jake, aunque realmente yo no estaba poniendo mucha resistencia. Estaba en
ustaba el sexo, no era algo
convirtió en gemido cuando sus manos juguetonas apretaron mis pechos. Él sabía
sí lo har
disfrutar como si
ra sesión de besos se volviera más que e
que se divertían de vez en cuando sin ataduras ni etiquetas de relación. Lo cual estaba bien para m
ueño de todo hombre: sexo li
me informó él, como si hubie
s, por supuesto
nté, aún riendo, mientras comenzaba a c
ue seamos -dijo él mientras t
cabeza y
ellana. Su barbilla era aguda y algo empinada, su nariz respingona pero, he de aclarar, eso no le quitaba ni un ápice de atractivo
-dije yo luego de ab
omisos -co
madurar, a crecer; el compromiso me aterraba, por eso llevaba una vida libre, de aquí para allá. Pero sin malinterpretaciones, por favor, me refiero a que era un espíritu libre,
Jake! -excl
ne, pero yo soy la dueña de mi cuerpo y era mi deber protegerlo. Por supuesto que no lo
para subir a mi habitación a ponerme algo más cómodo, lo q
, para seguir divagando en los recuerdos. En
idad vomitando, me sentía fatal, y me
ue te causó daño? -pregun
susurré, lava
pasaba, me daba miedo. Además, dec
ándome de manera fija con sus grandes ojo
ocultarle abso
elo a alguien-. Tengo dos semanas de retraso -co
mi periodo tuviera un estruendoso bajón, solo suplicaba que eso su
se me permitía decirlo, mientras hacía una mueca de asombro. Si así re
s cuidadosos, siempre había un preservativo de por medio, pero, c
an co
nte un condón podía romperse. Aunque, para ser sincera, las veces en las que Jake parecía una bestia sexual lo d
-preguntó Bridget lue
nque mi excusa era banal y estúpida
ganas, y ahí están tus consecuencias -me acusó Bridget, vi mi miedo r
lo necesito ahora, además, n
que la esperanza era para tontos, prefería ser parte de esos tontos y no una chica de d
ositiva -me indicó ella-. ¡Oh,
en llevaba días lamentándose, esa era yo. Necesitaba que mi me
s a hacer ahor
e pasaba, ¿cómo es que no notaba los cambios en
ba efectivament
r una más de esas chicas que arruinaban su futuro, un número más en el porcentaje de embarazos no deseados. M
ome de una manera vil. Yo, embarazada. No hallaba en qué árbol
fue Jake y su «Ese bebé no es mío». Siempre supe que era frío, calculador e incluso superficial, pero no pensé que fuera a ser así conmigo. Esp
e darle vuelta a la situación con mi familia, tomé una decisión. Lo daré en adopción, es lo que mis padres me han aconsejado, bueno, en realidad yo busqué esa solución; mi m
o mi vientre, aunque me niego a crear vínculo
s palabras a mi pequeño. Así es como lo llamo, «mi
lia está muy bien ubicada económicamente y ella me asegura que yo de verdad podría llegar a s
de, l
, me daban grima esas enormes barrigas. De hecho, la simple idea de ser madre la descartaba. Se suponía que yo sería la tía divert
ro hondo, últimamente el bebé se mueve mucho. Otra punzada de dolor me alcanza, esta vez a la altura de mi ombligo, llegando a m
algo de miedo la vista y observo como mi entrepierna se encuentra húmeda, mient
en la que mi médico me dijo que no actuara cuando llegara el momento, porque podría causar estragos
ezo a sentir pequeños dolores, lo que quiere decir que las contracciones empiezan a hacerse muy continuas. Asustada, recuerdo que no me sé e
i tío, el cual vive en M
omienzan a aumentar, solo espero que alguien llegue rápido. Estas contracciones se están haciendo real
poco más, peq
♫
La enfermera se detiene a avisarle de mi llegada a un doctor, y yo solo quiero gritarle qu
primera ni la última mujer en dar a luz, por lo que debo ser fuert
gunto, presa del pánico-. No
ue él claramente es muy atractivo. Sus ojos son dos piedras de un azul intenso, el azul más hermoso que he visto en mi vida, su cabello castaño muy oscuro cae en un estilo rebelde alrededor de la cima de sus ojos y sus labios son
oco más bebé, el mu
mueca por la contracción que atraviesa mi vientre. El dolor es mu
mi rostro, quizás tratando de descifra
mano con fuerzas. Puedo asegurar que el agarre de mi m
e pregunta, vien
ado para hacerme preguntas estúpidas. El chico abre los ojos como platos, ca
bebé -me indica él, ahora parece asustad
aun cuando se supone que el bebé no debería estar naciendo todavía,
vergonzosa mi nariz-. No me dejes
s lados, buscando una solución a
o a nosotros. El rostro del chico palidece y me ve de reojo, como si
mis ojos, al igual que mi boca. El padre del bebé no tiene los
-le indica l
atamente extraño su mano entre la mía, que me hacía sentir un tanto más
ja a la vista de todos mi zona más íntima. Quiero cerrar las piernas, tengo frío. Todos hablan mientras el doctor se coloca sus guantes de látex y me hace pregun
do creer que voy a hacer esto sola, realmente sola. No habrá nadie tomando mi mano, nadie dándome apoyo. Yo quería dar a luz como es
ientras me regala una sonrisa nerviosa. No puedo creer lo absurdo que es que sus ojos azu
estuviera aquí logra calmarme un poco, mi presión cardiaca a
no hubiera perdido su virginidad en la adolescencia, t
te me aburrí demasiado y lo abandoné, ahor
rarás hondo para volver a pujar, ¿entendido? -me pre
el chico toma mi mano. «Puja», m
. ¿Cómo hay mujeres en el mundo que tienen tantos hijos? ¿Cómo pudo mi madre tener tres h
eso por unas la
stoy yo, adolorida hasta los cabellos luego de tantas horas de dolor. Sin embargo, sé que no puedo descansar, no hasta que el bebé salga. A
gar por mi frente, limpiando como puede las gotas de sudor. Ni siquiera hace una mueca
en medio de jadeos, necesito que él sepa q
es valiente -dice el c
no, mientras, de vez en cuando, limpia mi sudor. Sí que d
ar un grito agudo y molesto. El dolor poco a
ado. Ya sabía eso, pero disfruto de su s
informa el doctor-
un llanto potente. Su piel está rosadita y sus ojos cerrados. Él es lo más hermoso que he visto en mi vida. Me parece que pon
fundido. El chico est
aniel -indico, derr
ro de mí. El chico sonrió. Dios, este es el bebé más hermoso que he vis
Harry– comienza a sonar, él lo saca y la enfermera se lo
mejillas están tan rosaditas, sus labios sin duda alguna son como los míos. Sé que dicen que los bebés nacen arrugados
llorar, pero disminuye un poco el tono. Lo cual
a foto -dice la enfermera
-intent
. Vamos, será una l
mi lado y un flash se hace presente
♫
ar a verme, pero no vienen solos. Vienen con la
mediata me invade. Se
mío. Lágrimas silenciosas comienzan a caer por mis mejillas mientras me doy cuenta de la mala decis
rimas con sus dedos pulgares. Él parece triste, en un principio él m
s errores. Yo lo quiero conmigo, por favor no me lo quiten -p
he
, no permanezca conmigo? No sé ni siquiera como yo fui capaz de pensar que podía entregarlo tan fácilmente una vez lo viera. No creo en el amor a
ponsable? -pregunta m
e que él pueda tener. Lo seré p
a mi hogar, nuestro hogar. Veo hacia la ventana y observo a aquel chico son
ias por ayudarme a