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H de Harry

Capítulo 3 3

Palabras:1546    |    Actualizado en: 17/02/2023

febrer

vez, por favor, no hagas fiestas -suplico

ry Daniel en sus brazos, aun cuando este camina perfectamente.

evitar sentir que conozco a uno de esos chicos. Aunque son fotos que reflejan a cinco chicos en proc

del club de fans. Son los peculiares ojos que posee uno de los chicos lo que llama

e graduarme en escritura creativa pude ejercer mi carrera, y, aunque en un principio mi idea era escribir historias juveniles o quizás adultas, me entretuve u

nunca creí poder ser: una persona responsable, una madre. Nunca pensé que alcanzaría esta ma

tará -le advierto nuevamente, mientra

a Katherine, burlona, dejando a Dan

go, besando la frente de mi hijo y revo

ras de mí como si pudiera con

u llanto mientras subo a mi modesto auto. No me gusta es

a. Por ello llevo una vida económica estupenda, debido a mis dos trabajos y al éxito de estos. Disfruto escribir libros infantiles y disfruto de igua

l asiento de al lado y noto que está el Capitán América de Dan. Sonrí

o pedido y luego me dirijo a la editorial, donde paso

seriamente las escenas sexuales, puesto que están algo desordenadas en cuanto a diálogos y coherencia, por lo

iga algo, Kae? -me pregunta James, el d

je almuerzo. De igu

n una sonrisa. Una

para tener una relación. A pesar de que James ha dejado su interés por m

manera convencional, pero no es algo que revolucione mis muy dormidas hormonas o que me haga pensar en un «nosotros», lo cual quiere d

rrecciones y así, poco

hace sonreír. Tiene una bonita risa musical e infantil. Abro la puerta con las llaves que aún c

a que lo levante. Hago lo que quiere y sus manitas toman mis mejillas mientras sus labios frun

cosita más pre

con palabras que en ocasiones ni siquiera tienen coherencia y su entonación infantil, é

unta Katherine mientras me ayud

narla hoy -respondo-. Además, como Dan no durmió

de manera un tanto

ña sonrisa, sé que ella quiere pedirme al

añana... como es sáb

omar una muñeca de porcelana de mamá-.

ue tocar. Es un niño muy hiperactivo y no lo voy a neg

con el club en el que podríamos

y tú me dijiste, como desde hace un mes, que ni se me

una de las cinco privilegiadas a las que se le permi

mente a Dan-. ¡Venga, Dan! Te

arme? -me pregunta, cerr

contando algún chiste malo, pero cuando ella abre sus

regunto de manera lenta, lo úl

en el trabajo al

ico, caminando hasta Dan y quitando la muñeca d

-excla

i -digo, dejándolo ju

Bolton, visitan

sta decirle que no, no cuando ella hace tantas cos

arlo! -exclama

ras desde Live

r menos. Además, mamá ya había

ue me estás p

que lo

ar cuatro horas sea agotador, pero me sentiría muy culpable si no hago

regunto con una sonrisa y Kath

o de la tarde, lo cual nos da tiempo de asearnos y

la manita de Dan entre las mías y también nuestras per

e ella, dándome un corto abrazo y luego besando la m

eco del hombre araña para que no llore, puesto que él realmente odia el portabebés. Beso su frente y él me da una de esas sonr

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