Annelise.
mbre de 194
de chismes y rumores que esparcían como pólvora por todos los rincones del lugar, el rumor de que Britta cuidaba de una pequeña niña no fue la excepción y en menos de una semana todo el pueblo sabía
trabajaba y por lo tanto el jefe de la misma, su apellido era Larsen y por res
o estoy cuidando de ella mientras busco con qu
te trabajo tienes lo
jarme trabajar aquí; pero un niño necesita atención, ropa, materiales para l
ecuerda que la juventud no te durará toda la vida y
r en eso ¿No cree usted? Además, si me disculpa d
oficina postal, sí, hacía más de seis años que no lo veía y desde que no sabía nada de él, pero la esperanza por su regreso seguía latente en su corazón. Britta continuó con su trabajo el cual consistía en limpiar la panadería, incluy
por leña, muy pocas veces recibía el pago en efectivo ya que con la inflación que tenía el país le serviría de más bien poco; no obstante su día aún no terminaba, con la bolsa de alimentos entre las manos salió de la
el pueblo, la única que había en todo el lugar y su más viable esperanza a
te olor a madera de roble y tabaco, al parecer al
ueda ayudar? -. Preguntó el encargado del lugar,
ía saber si alguien en el pueblo ha adoptado
comer a su esposo o a su padre? -. Preguntó de mala gana y en tono mordaz. Britta suspiró tragándose las p
o no creo que sean tantos niños los que son adoptados ¿No cree usted? -. Ahora
ntos documentos... ¿Tiene alguna otra
bía si estaba bien decir un nombre alemán tan alto. - Y tiene
gente, para la mayoría de las personas en Noruega todos los alemanes eran malos y les guardaban un profundo rencor por las atrocidades cometidas por
s cabezas de animales disecados que colgaban de las paredes en modo de decoración. El silencio no era total pues se veía perturbado por el constante "tic-tac" de un enorme reloj de péndulo y el rechinar de la silla en la que se enco
tiono Britta ganándose un
rgado de mala gana soltando la pila de papeles sobre
pirar profundo y tragarse las palabras
papeles para que busque
trabajo? No tengo tiem
za de pan duro que le dejó no habría sido suficiente como para calmar s
evisemos todo lo que hay aquí -. Señaló los papeles. - De
a las personas estaban más malhumoradas y desagradables que en cualquier otro momento de la histori
s la mujer levantándose de la silla. - Volveré en
punto de expulsar humo por los oídos por lo enojada que estaba, el encargado había sido muy maleducado con ella; además mientras caminaba por
la situación del país, los ladrones se dedicaban a robar las bolsas de comestibles que las otras personas conseguían con el sudor de su frente, a Britta le aterrorizaba que pudiera
os comenzaron a sudar mientras el miedo se apoderaba de su ser, solo podía pensar en Annelise por lo que aceleró su paso, no obstante, a medida
disimulando la ironía en sus palabras, por supuesto que no era un gu
o es mío
mujer haciendo énfasis en su apellido de soltera. - Si
iña bajo su cuidado -. Dijo. - Supongo que ya
ción alguna. Muchos tenían la dicha de contratar tutores para que sus hijos no salieran de casa, pero
s cinco años -. Se justificó Britta.
escuela se aprenden modales que por lo visto usted no puede enseñarle por estar trabajando todo el día,
ar casada, tendría que trabajar y no podría
olo estoy buscándole una familia a la peque
do una de sus manos sobre la perilla de la
que... -. Pero la rubia no lo dejó terminar cerr
rta pudo oír como el director Aas se ale
razo. - Ese hombre estuvo mucho tiempo allí, estaba muy asu
ó a la niña en
dar a un lugar
un lugar feo; pero de t
cias
tos segundos antes de verse roto por
¿Te gusta el pescado?
-. Respondió la pequeña co
uego a dormir... ¿Qué hicis
y maltratadas que Britta le había dado para jugar, en estas se encontraba plasmado de una forma infant
-. Explicó Anneli
itta se sentía conmovida por ese regalo. - E
familia también le