MILO BIANCHI
e que habiendo tenido una madre tan ejemplar, su propia madre no la hu
ría, si era una joven buena, dulce, estudiosa, Tara también era muy estudiosa, una niña buena, a la que siempre había defendido de los maltratos de su padre, prefería mil veces que la lastimarla a ella con 7 añ
cambios de humor muy drásticos y aunque nunca le había levantado la mano en ese año que ha
er con él, aunque al parecer Sander no se iba a dar por vencido, había envi
de darle lo mejor a ella y Tara ahora que ella trabajaría haría lo mismo por am
que también le gustaba, en realidad se creía hermosa, pero él físico no lo era todo, en especial cuando se parecía tanto a los seres que no la habían querido, sus ojos eran igual a los de su padre, y tanto su cabello, como su piel,
. Cuando llegó abajo, tocaron la puerta y fue abrir y se llevó una gran sorpresa al
nos días habían hablado y ella le había deja
caré, creeme cuando te digo que jamás va a volver a pasar. - Madison observó cómo se arrodillaba y empezaba a llorar, ella no quería ser una
o en lágrimas y la miró a los ojos. - ¿Qué tal si empezamos de ce
era - Gracias Madi, verás que no te vas arrepentir, Te amo, princesa - Sander se acercó a
so - la voz de su abuela llegó a oídos de am
a, por lo que fue abrazarla, su abuela la reci
con educación, pero Ros
ntes de entrar y pasar al lado d
, porque tenía razón, el celular de él sonó, y de
rque mañana ent
sta dentro
ñana, me enseñará todo an
r la tarde, para sab
marcharse, en ese momento llegó Tara,
iva en la entrada - ¿volvieron? - preguntó al ver cómo
no lo
brazo a su hermana, las dos jóvenes entraron a la casa d
perdón, le dije que fuéramos poco a poco, y si de verdad v
e no es para ti, ¿cuan
o, no te preocupes,
a lavarme
cena, mientras reían por cualquier cosa, el
, que ya hayas desayunado, que estés maquillada, y muy bien vestid
ayudaste a conseguir el trabajo, me ha
s el hombre más bueno y gentil que conozco - Madi
te conoce de toda la vida según me has contado, te ve como una madre, una abuela, no lo sé, te puede ver parte de la familia,
dijo mirando el reloj de la pared que marcaba las 9 d
ieron, Madison y Tara limpiaron la cocina
o a la empresa varias veces, pero nunca se lo había topado, su abuela nunca quiso ir a fiestas de la empresa así que nunca le había import