MILO BIANCHI
a miró con tristeza, tenía todo, dinero, salud, pero no tenía lo más importante amor y con quién comp
a llegar a dónde tenía el bar, su esposa, siempre estaba ahí, y está vez no fue la excepción, estaba sentada en un sillón, con el celular en la mano, una botella de
tu tiempo -Sabira brincó del susto al oírlo, no
o levantándose del sofá - ¿ya te dejo libre tu amante? -
nunca te he sido
en tres días - Milo se ac
, ir de compras, ir a clubs, restaurantes finos, pasas gastando muchísimo dinero por día, mientras yo me mato trabajando ¿Qué haces tú? Aparte de gastar dinero
a mi hijo - dijo altanera y nada dolid
a iremos a un médico. - Sab
dijo en u
en menos de dos meses tengas un aborto - Sabira lo miró asus
que sea n
es el corazón cada vez que me llaman diciendo que has tenido un aborto, no creo que pueda soportar algo así otra ve
asta su esposo y lo abrazaba fuerte - tal vez sea que algo en mí esté malo, no s
s Sabira, pero necesitamos ir al
y se fue directo hasta la botella que tenía, se sirvió u
nsando que había ganado. - Quiero el divorcio - al oírlo soltó
edes estar hab
he visto tu comportamiento, mientras yo sufro y lloro la muerte de ese ser que no pudo nacer, tú estás como si hubieras perdido una sirvienta, porque a tus uñas y tu cabello
mostrarte que la mujer que te enamoró sigue aquí qué puedo volver hacer la misma - se acercó lentamente a él y sacó a flote aquel
so, con fervor, con ganas de follarsela, porque hacía mucho que ya no hacían el amor, q
, la acostó en la cama y la desnudo, luego hizo lo mismo con él, se desvistió y buscó en
é ha
condón - dijo
ero decir es ¿porq
arazada, no quiero sufrir de nuevo. - a Sabira le molestó su comentario pero no dijo nada, por a
ado esa frustración que tenía, se dio un baño, y bajó a
te recomiendo que dejes de tomar tanto porque ya te dije que si sigues así, nos vamos a divorciar. - Milo subió a des
porque entonces su mina de oro se iría y e