MILO BIANCHI
odía negar que estaba más que nerviosa pero en verdad quería hacerlo bien, buscó en toda esa ropa que su abuela había comprado y escogió un pantalón de vestir el cual traía una cinta en la ci
cio, pero quiso hacerse unas ondas para verse diferente, le gustaba l
ban ahí, cuando la vieron llegar, su abuela no pu
r, en cuanto hubo terminado subió a su habitación de lavó los dientes, se pintó los labios, tomó su maletín
su abuela. Justo en ese momento el timbre sonó y ella fue a abrir, ya que su hermana ya s
? - dijo realmente sor
rte cariño. Estás bellísima -Ma
do pensaba decir algo
pasó al lado del joven y no lo alzó a
trabajo. - Sander le dio un pequeño beso
alió directo al auto de su abuela, hoy iba a conducir ella. Por lo que en cu
dijo aún mirando
que me veas con él me veas así de
hombre te está mintiendo y vol
. -Rosa torci
quiero llegar antes de que llegue mi niño - Maddie no pudo evitar poner los ojos
aba enojado dando vuel
o en tono de
nto sabía que ella algo le ocultaba, y si era lo que pensaba juraba por Dios que se iba a divorciar y
is abogados, necesito que me preparen los papeles del divorcio. - Sabira
onó tan sincero que Milo dio un paso atrás, deseaba el divorcio, sí, pero no por lo que ella pensaba, sólo quería
os tanto que parecía que se iban a salir, ella empezó a negar - Y no se te ocurra negarlo, porque ahí si te llevo a rastras dónde un doctor a que te hagan miles de exámenes. De verdad
ida, aunque le gana más el miedo de que Milo
garró sus cosas y salió de ahí, en cuanto subió a su auto no pudo evitar limpiar esas malditas lágrimas que salí
an inculcado a luchar por sus sueños, por aquello que tanto anhelaba, y de todo lo que era odiaba ser tan sensible, odiaba llorar, menos cuando debía ser fuert
a mujer lo había envuelto tan estúpidamente, esperab
pleados, como lo hacía todos los días, al llegar al último pi
una hermosa rubia saliera detrás de él, pero lo más impactante no fue su belleza, no, lo más impactante eran sus ojos, esos