ODIO AL AMOR LA MAFIA
y hay otro que nunca he mordido a nadie. "Deja de hacerte la víctima, no t
de ser cínico y me respondes?" "Por supuesto,
omo la botella y sirvo un trago. entrego y me voy atender a otr
rectamente. Lo ignoro y sigo atendien
de detrás del mostrador y
gos. Saco los vasos y lo
a mesa. Siento que alguien
ca. - ¿Dónde
ro decidí ayudar. "Puedes dejarlo, yo lo entregaré". "Muchas gracias, muchacha. Termino de limpiar la mesa y me acerco a él. -Ay, Paollinho. Cierra el puño y se gira hacia mí. "Crees que eres tú quien me llama así, ¿eh?" - ¿No lo sabías? Lo
imiento de ira. "Es de esa chica
l brazo y empieza a ar
no hacen nada. ¡Montón de holgazanes! Vale... Es
aún así. No hago n
empujan contra la pared y
pero no l
eño espectáculo?" Si ere
bajar. - Doy un paso al
o sacarle un diente de la boca. - ¿Qué es lo qué quie
irada. "¿De verdad quieres averiguarlo?" - No te tengo miedo. "P
no fuera por eso, estarí
tentarlo". "Siento un escalo
a una sonrisa maligna
que se intensifcan a
star, un coche negro fr
acompañado de cinco homb
azón estaba acelerado,
e pasar." "¡Cállate si no quieres morir!" "Cállate, payaso".
el poderoso jefe de la ma
ad? Observo atentamente, pero e
s. El barrigudo camina h
Basta de esta mierda... Me l
l bolsillo del pantaló
llejón, sin embargo me
- ¿A dónde crees que vas? "Voy a volver al
hacia el vientre y hab
én te dej
esito un permiso?" Y
itos de oro de allí. Si le
állate, Laura. "Lo diré de nuevo, ya que eres sordo". Te callas. "¡Qué tal si ustedes dos se callan!" ¿Qué quier
le. "¿Qué envío?" Lo que nos pr
y aun