Mi Insignificante Secretaria
rta dando un fuerte portazo. La secretaria que estaba justo al lado de la entrada pegó un respin
ecretaria con tono autoritario, se le no
titubeante la pobre muchac
ondo de la elegante estancia a paso vivo, abrió la puerta de un tirón
aban la oficina del jefe de Recursos Humanos del resto de las oficinas. Dos secret
a nadie le gustaba cruzarse en su camino, pocas veces saludaba o contestaba los saludos y la gente a su alreded
, lo único que sabía en esos momentos era que Patrick Hamilton estaba enojado con él
bado ante la imponente presencia de su jefe- Pero es que no hemos podid
citar un asistente personal para que trabajara en la oficina que estaba junto a la de él. Pero, ¿Sería posible qu
laba y las secretarias que tenía en la oficina no eran capaces de r
s estudios de administración de empresas, o al menos una especialización, una maestría o un doctorado, ¡O p
leados que tenía en su oficina. Necesitaba alguien que lo ayudara y no una carga
muy bueno en estas últimas fechas, así que trató de no inculpar tanto al señor Roberts que tembla
de voz ni relajar su postura- Pero no quiero segui
Patrick apretando los dientes,
el pobre hombre- Haré todo lo posible,
en la sien de Patrick, le molestaba sobr
mporta como se vea, si es hombre o mujer, joven o viejo, fea o bonita... -hizo una amenazadora pausa- Pero c
n mirar atrás ni saludar a nadie, estaba harto de la gente y de este día en particular, así que
esando en toda su extensión las palabras que le había dicho Patrick Hamilton. Sabía que éste cumplir
visar de nuevo los expedientes que había desechado porque no llenaban lo
as mujeres hermosas, según las malas lenguas decían, se debía a qué una mujer con la que iba a casarse lo había traicionado con un amigo
tro hombre, debido a que él se había regresado del aeropuerto porque había dejado unos papeles en su casa, cuando entró a su cuarto el
a o algo que se le pareciera, solo tenía contacto, muy esporádicamente, con mujeres con las qu