?Que alguien me ayude! ?Mi teléfono inteligente no me deja pensar!
mento preciso en el que Khloe está encendiendo el segundo cigarro. Los pechos de la hermosa joven vibran como si estuvieran siendo movidos por alguna mano invisible, o por el suave vient
umerge en la cama, como naufrago que se entreg
nfreno sexual casi apocalíptico. El lobo gru?e. Khloe asoma sus ojos por encima de l
**
habitación. En su desespero, Khloe, empuja a Scott lejos de ella. él
razón se encuentra en un rincón de la habitación, Y lanza un batazo que golpea la cabeza de
se ha quedado petrificado con el bate en las manos. Lentamente la mujer se descubre su rostro;
– Le preguntó la
asie
os lobos se asoman por la puerta ense?
ellos, pero la pareja logra escapar hacia el ba?o. Allí se
eder en cualquier momento. Khloe abraza con fuerza a Scott.
esa. Una vez más, un silencio ensordecedor inunda, no
aterradora, Scott decide ponerse d
! – Gimió pre
e ya se fueron
nterior de la habitación. Ya los animales se han ido. Se da
opa; un short y una peque?a camisa. Tras colocar
jar... – Su
co! Quedémo
les no nos dejaran en paz, ell
ieres? –
s larguemos de aquí, antes
. creo que t
**
de madera hacia la planta baja,
llamar a la poli
lesta y le dice: ?N
uien le debemos reportar t
la ley interv
orq
se va a enterar
??Eres
sabias, todo el
o lo
a en mi perfi
os odio. – Replic
**
e?ales de los lobos. Parece que
cía – Dijo Scott rompiendo el incómodo silenci
?a, tratando de hacer el menor ruido posible. Scott ve
aquí? – Se pre
é pasa? –
lo... - Lo se?ala -
empacaste y no
o de este viaje era; alejarme por
ra entrando una llamada. La puerta de la caba?a